El entrenador del Promesas destacó en rueda de prensa la sensación «de haber dado un paso de gigante hacia la salvación» con la victoria sobre el Guijuelo

Foto: Sergio Borja
El Real Valladolid Promesas continúa con paso firme su búsqueda de la permanencia y Miguel Rivera, su técnico, dedicando merecidas loas a sus chicos pero haciendo a la vez una necesaria llamada a la calma, porque aún queda trabajo por hacer. El andaluz sabía «de la dificultad» que entrañaba el Guijuelo por la situación en que llegaba, «tras cuatro derrotas seguidas», y porque es un conjunto «aguerrido y con experiencia». Sin embargo, recalcó hasta la extenuación a sus pupilos que «los tres puntos tenían un gran valor», y estos respondieron una vez más, lo que permite tener «la sensación de haber dado un paso de gigante hacia la salvación«.
El que costara fue «mérito del rival», valoró Rivera, que era consciente de que intentaría llevar el partido «a un terreno difícil» para el filial. «Encimaba muy pronto, hacía una presión constante cerrando espacios y líneas de pase, esa presión en largo no dejaba salir y había que buscar en largo contra gente que domina el juego aéreo… Sabíamos que necesitábamos tener paciencia desde la posesión para que la posesión y el movimiento generaran espacios«, analizó tras reconocer que la roja a Nacho mejoró el panorama.
El «golazo de Antonio Domínguez» dio valor a todo lo hablado anteriormente, e incluso hubo «ocasiones para meter el segundo». No llegó, pero se buscó, igual que el triunfo (prueba de ello fue la entrada de Luis Suárez por Apa al descanso).
«Arriesgamos mucho ampliando con Becerra por un lado y Samanes por el otro. Lo hemos buscado, pero no ha llegado. Hemos hecho muchos méritos para por lo menos ganar», ponderó el entrenador, un tanto fastidiado por no haber podido lograr ese gol que diera a los suyos el golaveraje y que no podría haber llegado de las botas de Mayoral, puesto que el abulense se quedó fuera de la convocatoria en una decisión que sorprendió a la que Miguel Rivera restó importancia. «Tomamos una serie de decisiones siempre pensando en el equipo, no fue por nada en especial», dijo, después de valorar positivamente el que poco a poco Luis Suárez se esté reincorporando al grupo.
Con todo, la puerta a cero supuso la sexta ocasión consecutiva que esto se logra, algo que nadie consiguió antes en el grupo. Los 573 minutos sin encajar son la tercera mejor marca de la temporada en la Segunda División B y demuestran, en opinión del andaluz, que «este equipo sigue trabajando hasta la extenuación muy por encima de los errores que comete». «Son fruto de un sacrificio increíble; trabajamos todos para que el objetivo de la permanencia llegue. Tiene muchísimo mérito estar tantos minutos imbatidos y paralelamente conseguir victorias», agregó tras el undécimo encuentro sin perder.
Y, claro, como no queda mucho para el final de la temporada y la salvación va por buen camino, empieza a llegar la hora de hablar del futuro, algo que, sin embargo, él prefiere no hacer por ahora. Cuestionado por su posible continuidad, recordó que «lo importante es conseguir el objetivo» y se autodefinió como una «persona de club». «Se hablará cuando se tenga que hablar. Si estás a gusto en un club y el club lo estás contigo, normalmente te quedas. Yo no sé decir que no y soy de fácil negociación», concluyó.