El presidente del Real Valladolid afirma que estará «sentado en el palco en el primer partido liguero», pese a los rumores que hablan de una posible venta o de la polémica con Moro y Losada

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que el Real Valladolid presentaba la campaña de abonados para la próxima temporada, vistas las últimas informaciones surgidas en torno a la propiedad de club, era el momento de recabar la opinión e información de Carlos Suárez. No dejó, no obstante, ningún titular llamativo referente a una posible venta de su paquete accionarial o dirigido hacia José Moro, vicepresidente saliente. Sigue pensando en disfrutar de lo conseguido y en trabajar «con el único objetivo de que el sueño, que es real, deje de serlo y poder seguir el año que viene en Primera».
El presidente no quiso entrar en dimes y diretes, pero sí dejó algún mensaje que quizá pueda entenderse en clave, como que «todo lo que suceda debe ser por el bien del Real Valladolid, que es a quien no se le puede hacer daño». Con tono tranquilo, añadió que «lo importante es que nada afecte a la imagen del club», a su situación en Primera y al ánimo provocado por el ascenso. «Hay que pensar en el club, todo el mundo debería hacerlo. Nada ni nadie nos va a quitar la ilusión de lo que hemos conseguido», manifestó.
Aunque no es ajeno a lo que se viene diciendo, vive en un segundo plano todo aquello que publican los medios. Como la información del Diario de Valladolid –de la que luego se han ido haciendo eco otros medios– que indicaba que José Moro y José Luis Losada le reclaman un 15% de su paquete accionarial en concepto de una opción de compra que consideran que tienen derecho a ejecutar después del préstamo privado que hicieron al presidente, cuestión que está ya en manos de los servicios jurídicos del club.
Pese a esta circunstancia, que podría dilatar una potencial venta –los rumores de traspaso de propiedad parecen haber perdido fuerza después de que se dijera que el empresario mexicano Ernesto Tinajero se convertiría en nuevo dueño–, Suárez no se le ha «quitado la sonrisa» desde el día del ascenso, y hasta se siente «más joven». En tono más serio, valoró como «muy difícil» el «desestabilizar nada cuando se rema en un mismo sentido», como considera que se está haciendo. Dejó, en ese punto, otro mensaje cifrado: «Noventa años es muy difícil desestabilizarlos. Todo el mundo debería estar feliz. Los importantes no somos nosotros, sino el club, los jugadores que han conseguido el ascenso y la afición».
Igual de despreocupado se le vio con el hecho de que los fichajes no hayan comenzado a llegar, ya que «el mercado no está fácil». El Mundial, a su modo de ver, «lo retrasa todo», porque los clubes más grandes esperan «un mirlo blanco» y los menores aguardan a que los mayores empiecen a operar. «Creo que el mercado se va a activar bastante a partir del final de la semana que viene. La dirección deportiva está trabajando y me consta que tiene ya algunos acuerdos. La tranquilidad es absoluta, sus resultados ahí están», concluyó Suárez.