Se impuso por dos a cuatro al Betis CF de Regional Aficionado en la primera prueba preparatoria

El Real Valladolid de División de Honor ha empezado ya a acumular sensaciones para la temporada que viene. Tras arrancar hace diez días su pretemporada, el conjunto de Javier Baraja disputó ante el Betis CF de Regional Aficionado su primer encuentro amistoso, del que salió ganador por un dos a cuatro que reflejó parte del dominio de los blanquivioletas ante un cuadro, el verdiblanco, que pudo acortar distancias al final.
Con muchos jugadores actuando a la vez con el Promesas ante La Virgen del Camino en Los Anexos, tónica general del inicio de preparación, el Divi mostró una cara un tanto distinta a la que se espera durante el curso, ya que le faltaban jugadores importantes como se prevé que lo serán los David Gómez, David Sanz o Rafa, entre otros.
Pese a ello, esgrimió un dominio del esférico que casi no se vio discutido por un rival en el que también había algún que otro juvenil y jugadores a prueba. Así, el Pucela mantuvo la posesión durante el primer tiempo gracias, por ejemplo, a la buena actuación del recién llegado Luismi o de la buena salida de balón que le ofrecía Cerro como central.
La falta de verticalidad ofensiva fue la tónica general de los dos conjuntos, algo normal a estas alturas y provocado también por el intenso calor. Pese a ella, se vio a los blanquivioletas –que estrenaron la segunda equipación– con un puntito más en el plano físico, lo que propició una recuperación de Óscar poco antes del descanso en tres cuartos de campo que se convirtió en un pase de la muerte y el cero a uno, obra de Torres.
Justo antes del descanso, Méndez hizo el cero a dos al aprovechar un rechazo de una acción a balón parado. Fue la respuesta a un Betis que antes, por mediación de Gallego, había dispuesto también de alguna tímida ocasión en jugadas de ese tipo, como una falta un tanto alejada o algún que otro córner. Nada más volver de los vestuarios, Óscar repitió presión, volvió a robar el balón y marcó el cero a tres. Para entonces su técnico había introducido ya alguna permuta, aunque todavía el encuentro no había caído en la cadena de cambios. Lo hizo después del uno a tres, que llegó en una situación parecida a la anterior pero en otro área: robo, vaselina y distancias más cortas.
Poco a poco el Divi fue metiendo un puntito más, de ambición y de frescura de piernas, y buscó sobre todo la profundidad por fuera, con Campos percutiendo por la izquierda y el juvenil de primer año Castri atacando espacios entre central y lateral por la derecha. Sería él mismo quien a falta de diez minutos anotaría el uno a cuatro, en el enésimo robo en la salida bética. En esos pocos minutos que quedaban, el Betis consiguió marcar el dos a cuatro en un rápido contragolpe en pocos toques y trató de meterse en el encuentro con varias ocasiones que desbarató Gabriel, el portero recién llegado a la disciplina del Pucela.
Con todo, la prueba resultó satisfactoria para el cuadro de Javier Baraja, que salió de inicio con David; Jairo, Cerro, Póveda, Álex Pérez; Prada, Luismi; Álvarez, Torres, Arroyo y Óscar y que dio minutos durante el amistoso a Maxi, Gabriel, Adnan, Méndez, Adrián Carrión, Campos, Iker, Cadaveira y Castri. La nota negativa fue la lesión de Prada en un choque en el centro del campo. La cojera con la que abandonó la Finca de Canterac puede indicar algún pequeño problemilla, aunque el pesimismo inicial mutó luego en la esperanza de que quede en nada.
