Los vallisoletanos regresan a Primera para disputar un partido inédito, en un estadio complicado y con la vista puesta aún en el mercado de fichajes

El partido de este viernes entre el Girona y Real Valladolid se encargará de inaugurar la temporada 2018/19 de la Primera División. Después de cuatro años en la categoría de plata, el conjunto blanquivioleta vuelve a la élite del fútbol español para batirse, el viernes a las 20:15 horas, al que fuera una de las revelaciones de la pasada campaña y cuya principal prioridad este verano ha sido mantener el bloque con el que acabó décimo en la tabla clasificatoria.
Terminada una intensa pretemporada para ambos conjuntos, el campeonato liguero regresa con más fuerza que nunca con varias novedades en los vestuarios.
El Pucela, tras lograr el ascenso tuvo que despedir a dos de sus piezas claves, el pichichi de Segunda, Jaime Mata y el extremo riojano, Pablo Hervías, necesitaba con urgencia refuerzos para armar un plantel de garantías. Sin embargo, las oficinas del Zorrilla han ido a un ritmo más lento del esperado en lo que a fichajes se refiere.
Si bien es cierto que ha incorporado a varios jugadores ilusionantes, véase Daniele Verde, talentoso futbolista de ataque, Keko Gontán, que afrontará su segunda etapa en el club, o Rubén Alcaraz, procedente precisamente del Girona, la sensación entre muchos aficionados es que aún faltan los últimos retoques para dar un salto de nivel competitivo.
Donde más se ansía un refuerzo es en la posición de delantero centro, pues a pesar del fichaje de Ivi, futbolista cedido por el Levante, la llegada de un goleador se presenta cuanto menos necesaria para completar un plantel de garantías. El propio Ivi, aquejado de una lesión muscular desde el pasado martes, se perderá este primer encuentro ante los catalanes, lo cual evidencia el escaso banquillo del que dispone el entrenador Sergio González y que invita a pensar que el Real Valladolid moverá ficha en los últimos días de mercado.
El Girona, que emprenderá su segunda temporada en la división de oro, procuró a toda cosa recuperar a los jugadores que finalizaron su cesión la anterior campaña. De hecho, el exblanquivioleta Johan Mojica, que se perderá el presente choque por culpa de una rotura parcial de su recto derecho, así como el central Marc Muniesa, ya son oficialmente jugadores del equipo gerundense y formarán parte del vestuario de Eusebio Sacristán. De igual forma, el equipo ha conseguido la cesión por un año más de Aleix García, mediocentro que no contó demasiado para el míster Pablo Machín el curso anterior, y de Patrick Roberts, que llega del Manchester City para incorporar su talento en ataque.
Por lo demás,el conjunto catalán mantiene su estructura clave con la que peleó hasta el final por entrar en puestos europeos. Jugadores como Bono, Portu, Timor o Stuani componen un vestuario de entidad que ya sabe cómo funciona la Liga. Su primer rival, los vallisoletanos, afrontarán el partido con el peso que supone llevar un escudo de tremendo renombre en este torneo, matizado con la inexperiencia de muchos jugadores como Moyano, Anuar, Toni, Chris Ramos, entre muchos otros debutantes.
De lo que no cabe duda es de que en Valladolid había ganas de futbol, ya que el equipo ha batido su récord de abonados con una cifra cercana a los 20.000. No obstante, el primer test de la 2018/19 tendrá lugar fuera de casa y no habrá tantas gargantas apoyando en Montilivi, un territorio hostil para los castellanos, dado que no han ganado nunca en sus seis visitas, todas ellas en Segunda.
Seguro, los del Pisuerga querrán romper este maleficio en el que será el primer partido que enfrente a Girona y Real Valladolid en la Primera división. Un posible talismán para la victoria, al menos a nivel psicológico, puede ser el árbitro del encuentro, Guillermo Cuadra Fernández, el colegiado que dirigió el partido entre pucelanos y numantinos durante el último playoff y que culminó con el glorioso ascenso de los primeros.
Habrá que esperar para conocer si Cuadra Fernández vuelve a traer suerte a los pupilos de Sergio. Por lo pronto, el técnico barcelonés desveló tras el entrenamiento del jueves la lista de convocados para viajar a Girona, a saber: Masip, Samu Pérez, Moyano, Antoñito, Kiko Olivas, Salisu, Calero, Nacho, Alcaraz, Borja, Anuar, Keko, Verde, Toni, Óscar Plano y Míchel, los dos salidos de una lesión, Miguel y Chris Ramos.
Tanto Luismi, Mayoral como el mencionado Ivi se caen de la convocatoria por lesión, al igual que Cotán, Guitián, Moi y Antonio Domínguez, que no viajan por decisión técnica.
El Girona también hizo lo propio y confirmó a Gorka, Bernardo, Alcalá, Granell, Stuani, Pere Pons, Portu, Borja, Bono, Juanpe, Patrick Roberts, Lozano, Muniesa, Aleix, Timor, Soni, Montes y el futbolista del filial Pedro Porro, que podría incluso tener minutos por culpa de la ausencia de Aday Benitez, sancionado por acumulación de tarjetas.
Un cuerpo técnico con sabor pucelano
El Girona iniciará su segunda temporada consecutiva en Primera con la columna vertebral que le hizo fuerte el año pasado. No obstante, a consecuencia de salida del ahora entrenador hispalense, Pablo Machín, el conjunto catalán ha tenido que reestructurar el cuerpo técnico que liderará al equipo durante la presente campaña.
Dicho equipo de profesionales lo componen nombres muy sonados para la afición del Real Valladolid. De hecho, tanto el primer entrenador, Eusebio Sacristán, como el segundo, Onésimo Sánchez, pueden presumir de ser auténticos hitos de la historia blanquivioleta y su recuerdo como jugadores aún persiste en la mente de muchos de los seguidores del Pucela.
Los dos, nacidos en la capital del Pisuerga, demostraron su amor por el club, dejando momentos inolvidables como la despedida de Eusebio, acompasado de un interminable aplauso del José Zorrilla o los regates de Onésimo y sus filigranas sobre el césped. Este último, además, también ejerció como míster de la primera plantilla vallisoletana en la temporada 2010/11.
Sacristán, que ya atesora experiencia como entrenador de Primera gracias a su etapa en la Real Sociedad, afronta un nuevo reto en el que intentará seguir aumentando el rendimiento del vestuario rojiblanco. La primera prueba, ante el Real Valladolid: su antigua casa, al igual que la de su compañero.