Enes Ünal fue la gran apuesta del Villarreal en el verano de 2017; su préstamo al Real Valladolid ha de servir para justificar los casi quince millones pagados por él

Enes Ünal, nuevo jugador del Real Valladolid, fue un talento precoz. Siendo todavía un juvenil debutó en la élite de su país con el Bursaspor y, siendo también aún adolescente, entró a formar parte de la esfera del Manchester City.
Con dieciocho años recién cumplidos acumulaba más de cincuenta partidos (y siete goles) en Turquía, destacaba en las categorías inferiores de su selección y fue cedido al Genk, donde comenzó su periplo viajero. Catorce actuaciones y dos tantos hasta enero resumieron su estancia en Bélgica, previo paso al NAC Breda holandés. Allí le fue mejor: en los mismos catorce encuentros alcanzó los nueve goles; comenzó a dar cuenta de su olfato.
Pero lo mejor, al menos hasta la fecha, estaba por venir en la temporada siguiente, en la que repitió préstamo en los Países Bajos. Recaló en el Twente y se convirtió en una de las grandes revelaciones de la Eredivisie tras marcar dieciocho goles en 32 participaciones, que cifra anotadora que le convirtió en uno de los máximos artilleros de una liga que, sin estar en el club de las elegidas, ha alumbrado a un buen puñado de grandes delanteros.
Y en estas apareció el Villarreal, que no dudó en desembolsar más de catorce millones por él y convertirlo en el fichaje más caro de su historia hasta este mismo verano, cuando los dieciocho pagados por Ekambi han dejado al otomano en un segundo plano. Es, de hecho, el punta franco-camerunés, junto a Gerard Moreno y Bacca, también recién adquiridos (aunque el delantero ya jugó de amarillo la pasada campaña), quien ha dejado sin sitio al nuevo jugador del Real Valladolid.
Pero después de lo pagado por él hace un año la idea no puede ser otra que su viaje sea de ida y vuelta… como fue su paso por el Levante, donde jugó entre octubre del año pasado y enero del presente. Titular desde el primer día, como jugador granota hizo un tanto en siete partidos, a los que sumó cinco goles y veintitrés entorchados de amarillo. Y es que si a Orriols llegó para cubrir la baja de larga duración de Roger Martí, con el mercado invernal abierto fue recuperado ante la hipotética venta –que luego se haría realidad– de Bakambu.
¿Otra segunda oportunidad aprovechada?
Se da la circunstancia de que Carlos Bacca se ha convertido en desencadenante de las dos cesiones dirigidas al Real Valladolid procedentes del Villarreal; la de Leo Suárez, debido a que el colombiano agota las plazas de extracomunitarios del plantel de Calleja, y la de Enes Ünal porque de no haber salido, con la llegada del cafetero, su papel seguramente habría sido residual. Y ni él ni el Villarreal se lo pueden permitir.
Las cinco temporadas por las que firmó hablan de una apuesta de futuro que mantiene viva el City de algún modo, ya que se garantizó una posibilidad de recuperarlo por unos veinte millones. Sin embargo, con cerca de doce millones por amortizar, no podía estar parado. Y creen en él, como el Celta en su compatriota Emre Mor, otro caso de jugador joven y caro para el mercado al que pueden aspirar sus clubes pero barato si demuestran su potencial.
El de Ünal habla de un delantero completo, de registro amplio, en el cual no brilla de modo específico ninguna cualidad, aunque tiene unas cuantas que hicieron intuir un gran potencial en él a sus dieciséis años, cuando debutó en la élite de su país, y tiempo después en el Twente.
Móvil pese a su envergadura, potente en el arranque y en el disparo, maneja el regate como arma técnica, es capaz de jugar de espaldas y domina el juego aéreo y las acciones a balón parado. Todo uno, viene a definir a un atacante total, de grandes condiciones, que debe aún desarrollar y asentar, tanto por su juventud, como por su rendimiento más reciente (regular, que no óptimo, en su primer año en España) como justamente por no ser un especialista en nada.
De la misma forma que su segunda cesión en Holanda le sirvió para elevar el nivel, ha de tratar de hacerlo como blanquivioleta, también, para mantener su sitio en una selección, la turca, en la que ya ha aparecido en un puñado de ocasiones. Al cuadro otomano, y al asiento futuro en el submarino amarillo, solo llegará así, destacando en un nuevo préstamo, esta vez en Valladolid.
