El Real Valladolid B pierde el invicto en casa ante el filial del Real Madrid como fruto de los nervios, aunque sin merecerlo

El Real Valladolid Promesas perdió los nervios y el invicto como local ante el Real Madrid Castilla en un partido en el que el filial madridista hizo muy poco para ganar, o cuanto menos no tanto como los blanquivioletas, que sometieron a los pupilos de Santiago Hernán Solari en la primera mitad sin ser capaces de materializar ese dominio como es debido.
El cuadro de Miguel Rivera acumuló muchas acciones en campo rival gracias a su capacidad para mezclarse por dentro. A Kike Pérez y El Hacen, los mediocentros, había que sumar el hecho de que Javi Pérez no rehúsa el juego de posesión y de que Kuki Zalazar partía de inicio como un falso nueve con mucha querencia a intervenir en el juego fuera de la zona de influencia de un delantero típico.
Pablo y Waldo, además, mostraban su capacidad de interferir y atacar tanto por fuera como por dentro, y tanto de pisar área o buscar desde su pico el generar peligro como de dejar los costados libres para que subieran los laterales, sobre todo Corral. Y así, en los primeros minutos hubo varios disparos que empezaban a amenazar la portería de Luca Zidane, aunque sin llegar a ser peligro real.
Tanto avisó el Promesas que no se puede decir que fuera traidor, y a la media hora, después de una buena jugada por la banda derecha, Javi Pérez puso el uno a cero al cazar un rechazo de una defensa, la merengue, que debió obrar mucho dentro de su propio área o en las inmediaciones para tratar, sin éxito, de frenar el ímpetu local.
Antes del tiempo de descanso los méritos acumulados hacían indicar que la renta debía ser mayor, ya que Waldo tuvo otras dos intentonas peligrosas y Pablo dispuso de un contragolpe que pudo ser letal. El juego, así, no era tan contundente como solvente e incluso atractivo, pues las continuas llegadas fruto de la verticalidad y del acierto en el manejo de balón desbordaban a los castillistas.
Pero justo en la acción previa al descanso todo cambió. Seydou Saeed, que volvía al once en sustitución del lesionado Sali, forcejeaba con Franchu Feullassier cuando llegó Corral por detrás y lo derribó, y el colegiado decretó un penalti muy discutido por parte de cuanto blanquivioleta había en Los Anexos. Javi Sánchez engañó a Samu Pérez en la ejecución y llevó la sensación de injusticia y desasosiego al Real Valladolid B, al que no le habían servido los intentos de Waldo, de Pablo o de Kuki.
Todo lo bueno que hicieron los de Miguel Rivera fue en vano, no ya por ese gol, sino por todo lo que sucedió después. Con el técnico expulsado, su equipo –que además no tiene segundo entrenador– perdió el norte, más cuanto más pasaron los minutos. El Real Madrid Castilla sintió que lo peor ya había pasado y fue poco a poco creciendo con balón al tiempo que los vallisoletanos se desquiciaban.
Así, hubo un par de acercamientos con cierto peligro antes de la hora de juego, que se convirtieron en algo deslabazado después del uno a dos, que fue mitad golazo y mitad desatención. En un libre directo en las inmediaciones de la frontal, Javi Sánchez cedió en corto para Fidalgo, que estaba en la barrera, y este se plantó solo ante Samu Pérez, al que batió en el mano a mano.
Aunque quedaba cerca de media hora, a partir de entonces no se jugó más por el desinterés de unos y el estado de nervios de otros. Al Real Valladolid Promesas le sacaron del partido definitivamente del partido las interrupciones del rival, que jugó hasta el final como un veterano y paró con infracciones más de un conato de acción peligrosa.
Por si fuera poco, y después de una pequeña tángana, Miguel fue expulsado al ver dos amarillas consecutivas en apenas unos segundos por ‘piar’, lo que cercenó más si cabe las pocas opciones del filial, que si bien había recuperado el cuero para sí, no sabía muy bien qué hacer con él, sensación que se acrecentó con el paso de los minutos. Los blanquivioletas mantuvieron el ahínco de buscar el empate con centros laterales y pisando mucho tres cuarto, pero faltó cabeza.
Necesitó tan poco el Castilla que hasta su entrenador reconoció en la posterior rueda de prensa que por momentos el rival había sido superior, pero su temple, pese a su también juventud, le regaló los tres puntos ante un conjunto, el vallisoletano, que no debió perder, ni los nervios ni el partido, pero como enloqueció, perdió. También, al menos para la siguiente jornada, a Miguel Rivera y a dos jugadores, puesto que Alberto Gil también vio la roja cuando se encaminaba hacia vestuarios.
Real Valladolid Promesas: Samu Pérez, Raúl Navarro, Mario, Seydu (Alberto Gil, min. 82), Corral, Kike Pérez, El Hacen, Pablo (Miguel, min. 68), Javi Pérez (Jardel, min. 76), Waldo y Zalazar.
Real Madrid Castilla: Luca, Dani Fernández, Zabarte, De la Fuente, Javi Sánchez, Jaume, De Frutos, Seoane (Martín, min. 72), Dani Gómez (Cristo, min. 46), Fidalgo y Feuillassier (Alberto, min. 63).
Goles: 1-0, min. 30: Javi Pérez. 1-1, min. 45+: Javi Sánchez. 1-2, min. 66: Fidalgo.
Árbitro: Palencia Caballero (C.T. Vasco), auxiliado en las bandas por Rodríguez Portela y Díaz Méndez. Expulsó en el minuto 45 al entrenador local, Miguel Rivera, y a Miguel (minuto 84), con doble amarilla. También expulsó con roja directa por protestar al vallisoletano Alberto con el partido ya terminado. Amonestó a los locales Corral, Mario y Pablo, y a los visitantes Zabarte, Feuillassier, Jaume y Javi Sánchez.
Categoría: Séptima jornada del Grupo I de la Segunda División B. Partido disputado ante más de mil aficionados.
