El golazo del italiano en el añadido permite al Real Valladolid sumar un punto ante el Espanyol, que se adelantó con un trallazo de Borja Iglesias en la primera mitad
Minuto 90+1. El RCD Espanyol comete falta en la frontal del área y, rápidamente, los jugadores del Real Valladolid corren a ejecutarla. Daniele Verde, para sorpresa del público del José Zorrilla, le arrebata el balón a Rubén Alcaraz. Diez segundos más tarde, se desata la locura.
El italiano se estreno como goleador con la elástica blanquivioleta con un potente trallazo que dejó congelado a Diego López y que permitió a los de Sergio González sumar un punto de justicia, alargando la racha de partidos sin perder a un mes y medio.
La noche, sin ser de un fútbol demasiado espectacular, dejó dos goles que pasarán a la historia del fútbol por su vistosidad y potencia. Al libre directo de Verde le precedió el trallazo de Borja Iglesias en el minuto veinte, con el que los pericos dominaron en el marcador durante buena parte del choque.
El gallego se hizo con la pelota tras un error de Moyano en el centro del campo. El ‘panda’, que le tiene la medida tomada al Pucela, avanzó hasta la frontal del área y, sin oposición, armó un potente disparo ante el que nada pudo hacer Masip. Tal fue la fuerza de su lanzamiento que, tras impactar en la red, el esférico salió rebotado casi hasta el punto de penalti.
Y eso que el Real Valladolid había comenzado mejor el choque, llevando el peso del partido y generando ocasiones de peligro en las botas de Toni, que durante todo el encuentro hizo gala de su desborde y su capacidad ofensiva. Adelantarse en el marcador le dio alas a los pericos, que comenzaron a ser superiores gracias a los pases filtrados a la espalda de la zaga.
El plan le salió a la perfección a Rubi. Su equipo no dudó en defender en campo propio las acometidas de los blanquivioletas, aprovechando las recuperaciones para echar a correr y hacer saltar las alarmas con Borja Iglesias y Sergio García. Ante tal situación, Masip volvió a sostener al equipo, firmando varias intervenciones notables.
La más decisiva, en una estirada al filo del descanso, evitando con la manopla que Hernán Pérez aumentara las distancias. Antes, Alcaraz pudo empatar al cazar un rechace del guardameta, pero el balón se fue a las nubes. También Toni tuvo su oportunidad tras un buen pase de Calero, aunque Diego López fue más rápido que el canterano.
El banquillo, clave para el empate
El Real Valladolid salió tras el descanso con la firme intención de lograr, al menos, un punto para continuar sumando. Para ello, Sergio movió el banquillo, dando entrada a un recuperado Óscar Plano en lugar de Leo Suárez, que luchó sin premio.
La entrada del madrileño se notó al instante. Apenas llevaba dos minutos sobre el césped cuando tuvo la primera ocasión al recibir un centro de Nacho, lo que obligó a la zaga del Espanyol a emplearse a fondo.
A partir de ahí, el Pucela se empezó a mostrar más mordiente, vertical, volcada sobre la portería de Diego López. Alcaraz comenzó a multiplicarse, apareciendo tanto para disparar a puerta (sin acierto, pues el balón se volvió a ir alto) como para desbaratar las peligrosas contras de los pericos.
El técnico blanquivioleta decidió doblar la apuesta, dando entrada a Verde, que remató muy desviado en la que prácticamente fue su primera intervención.
Los de Rubi seguían controlando el partido, aunque Toni, con un par de internadas y disparos, estuvo cerca de romper la superioridad. Al final, se marchó entre aplausos, desfondado, dejando su lugar a Ivi. Seguía intentándolo el Pucela, que no salió victorioso hasta el descuento.
Fue entonces cuando se cometió la falta, Verde disparó y la grada del José Zorrilla estalló de júbilo, con algún que otro ‘mamma mia’ en el ambiente. Con otro golazo, para contrarrestar el efecto del de Borja Iglesias, que sirve para que los blanquivioletas sumen dieciséis puntos y continúen en la zona cómoda de la tabla.