El entrenador del Real Valladolid destacó «la personalidad y el aplomo» de sus pupilos y subrayó que lo justo «hubiera sido llevarse un punto del Bernabéu»

Siete partidos después, el Real Valladolid volvió a perder. Cayó ante el Real Madrid de una forma dolorosa, inmerecida en opinión de su entrenador, Sergio González, que ponderó el esfuerzo de sus futbolistas y el nivel mostrado en el Santiago Bernabéu.
«Son futbolistas que llevan poco tiempo en Primera y han firmado un encuentro muy serio en un escenario muy difícil. Estoy contento por el enorme partido que han hecho y frustrado con el resultado, pero toca seguir adelante», afirmó, orgulloso.
Una derrota «dura», a la que todavía está «intentando encontrar una explicación», pero que no empaña la forma de «trabajar, competir y jugar al fútbol» del Pucela. «La sensación de que hablen bien del equipo y de cómo compite es satisfactoria, pero si va acompañada de algún puntito es más completa».
Puntuar era la idea del catalán, que ha visto cómo los blanquivioletas tuvieron «opciones para hacerlo», pese a que en la primera parte hubo más contratiempos de los que entraban en los planes de Sergio. «Cuando planteas el partido crees que vas a ganar, si no el mensaje no llegaría. En la primera parte sufrimos más de la cuenta pero en la segunda hemos dado un paso adelante, ganado personalidad y generado situaciones interesantes», explicó.
Sin embargo, al ver que el Real Valladolid no materializaba las ocasiones (tres de ellas muy claras), la sensación del míster fue de que el partido iba a durar demasiado. «Noventa minutos con el Real Madrid son muy largos y, en ese tramo final, la balanza se inclinó más hacia ellos».
Fue en ese lapso final cuando llegó el primer tanto de los madrileños, en una jugada en la que la fortuna le fue esquiva al Pucela y que Olivas envió al fondo de su propia red. «La acción que ha decantado el partido nos da rabia y nos frustra porque desmerece el enorme partido que hemos hecho. Nos teníamos que haber llevado un puntito de aquí pero la suerte nos ha dado la espalda«, lamentó Sergio.
A partir de ahí, el Real Valladolid se vino abajo y Calero cometió un penalti con el que Sergio Ramos sentenció el encuentro. «El gol ha llegado en un momento parado, en el que no pasaba nada y el partido estaba estable. Esa acción nos ha hecho daño por inmerecida, nos ha desorganizado y nos ha sacado del partido».
A pesar del resultado, el Pucela demostró una «personalidad y aplomo que es difícil de encontrar», especialmente en un recién ascendido. «No somos un equipo suicida pero, dentro de lo posible, queremos jugar al fútbol porque tenemos hombres con capacidad para hacerlo. Lo que pasa en la hierba es lo mismo en el Bernabéu que en Zorrilla, lo único que cambia es el entorno. Nos estamos encontrando muy cómodos y los chicos se están comiendo las etapas para asentarse en la categoría«, subrayó.
El cambio de Toni, por cansancio
Quizás una de las decisiones que más sorprendió en el transcurso del choque fue la permuta de Toni Villa, que pudo batir a Courtois por dos ocasiones y que se fue «asfixiado». «Ha hecho un partido sensacional y ha trabajado a destajo. A él y a Leo los habíamos exprimido al máximo, les quedaba poco por dar y queríamos gente fresca para mantener el nivel», explicó el técnico.
En el lado contrario, la permuta de Casemiro generó ciertas dudas en el Real Madrid y permitió al Pucela disponer de las ocasiones más claras. «Hace de ancla, tapa las vías por dentro y hace que los demás tengan más libertad. Con Toni Kroos ganan en generar juego pero pierden contundencia en las transiciones. Queríamos aparecer a los lados del pivote defensivo y en la segunda parte lo hemos conseguido».
Los blanquivioletas estuvieron arropados en todo momento por más de 1.200 aficionados que tiñeron de color la grada del Santiago Bernabéu, en una nueva muestra de la comunión con el equipo. «La gente está muy orgullosa: se sienten muy identificados y nos lo demuestran cada domingo en Zorrilla. No les hemos podido dar la victoria pero sí una sensación muy buena de dejarse la piel. La comunión es perfecta y ojalá podamos darles muchas alegrías: están volcados con nosotros y nosotros con ellos», aseguró.
Por último, el catalán quiso desearle a Santiago Hernán Solari «lo mejor», ya que ambos fueron compañeros en el curso de entrenadores. «Le ha llegado una oportunidad importante y está muy capacitado. Cuando alguien es buena persona le deseas cosas buenas, y Santiago lo es», sentenció.