El filial batalló en casa del Sanse, pero de nuevo se mostró incapaz de sacar un resultado positivo a domicilio

Si hay una tarea que a día de hoy parece imposible, por encima incluso de aquello acontecido en aquel film tan afamado producido por Telecinco, es que el Real Valladolid B gane fuera de casa. Y no es que no lo intente, porque lo intenta, pero los rivales maximizan sus aciertos o los errores de los blanquivioletas y aprovechan del mundo que les cuesta hacer gol.
Contra la UD Sanse, el Promesas salió intenso y dominador, manejando el esférico y evitando que su rival lo tuviera con comodidad. Muy pronto llevó cierto peligro con un remate de Mario Robles que se marchó ligeramente desviado y con un tímido disparo lejano de El Hacen que atrapó Irureta. Fueron ambas intentonas en el primer cuarto de hora, que dejó paso a una mayor igualdad dentro de la cual el Sanse ya sí tuvo más el esférico y marcó, aunque el gol de Bruno Rivada fue anulado por fuera de juego.
Dentro de esa igualdad, no hubo ocasiones claras en el primer periodo, porque el filial no las concedía sobre su puerta ni era capaz de generarlas sobre la sansera, aunque se sentía cómodo intentando transitar con metros por delante. Con todo, cuajó una de sus mejores primeras partes del curso, compitiendo como un igual ante uno de los punteros del grupo, algo que quizá había costado hacer fuera en la primera vuelta algunos días.
La tónica varió en la segunda parte, aunque con la duda de si fue antes el huevo o la gallina, de si el uno a cero vino propiciado por ello o si el mando del Sanse se produjo porque se adelantó. Lo hizo por mediación de Perales, su máximo goleador, que remachó el servicio en zona intermedia entre el punto de penalti y la puerta después de ganar la espalda a Corral.
No tardó mucho Miguel Rivera en tratar de activar el ataque con la entrada de Miguel de la Fuente, que volvió tras su lesión de tobillo. Dobló la presencia con un segundo punta con el que intentar amenazar más de lo que Pedrosa hacía solo, aunque no llegó a hacerlo en demasía porque en tres cuartos de campo faltó chispa, o por lo menos claridad, a pesar de que poco a poco el filial fue pisando cada vez más campo rival a medida que Rivera iba cargando el ataque con más y más jugadores.
Lo hizo hasta tal punto que terminó cerrando con dos futbolistas, Raúl Navarro y Kike Pérez, porque incluso Corral ocupó posiciones avanzadas a tiempo completo. A ello se le sumó que el Sanse acabó con diez por una entrada feísima de Valverde, sin intención pero igualmente temeraria y con la que impactó en la cabeza del propio Corral. Dali debutó con el Promesas y tuvo un disparo mordido, pero tal pareció que el filial no iba a ser capaz de derribar la puerta madrileña ni acompañado por el Equipo A.
Si ha habido tropiezos injustos en lo que va de temporada, seguramente este primero de la segunda vuelta sea uno de los que más, si bien no hay por qué ser extremadamente pesimistas: con Waldo, esta vez ausente, y Miguel reincorporado, el Real Valladolid B debería mejorar en fase ofensiva… si es que muestra esta cara ambiciosa, que a veces faltó. Y con ella los buenos resultados deberían llegar.
Para empezar, los blanquivioletas buscarán su primer triunfo de 2019 el próximo domingo en casa frente al Coruxo, contra quien habrá que poner a prueba ese ataque. Si sigue costando, todavía hay mes de enero para fichar…
UD Sanse: Irureta; Valverde, Jota, Bruno Rivada, Sanjurjo; Pablo Martínez, Satoca; Carlitos, Agüero (Rubén Sánchez, min. 78), Fran Pastor (Andy Escudero, min. 75); y Perales (Giovanni, min. 90).
Real Valladolid Promesas: Samu Pérez; Apa (Miguel, min. 67), Mario Robles (Dali, min. 86), Raúl Navarro, Corral; Carrascal (Javi Pérez, min. 73); Pablo, El Hacen, Kike Pérez, Alberto Gil; y Pedrosa.
Goles: 1-0, min. 50: Perales.
Árbitro: Fernández Cintas, del colegio andaluz. Amonestó a Alberto Gil, Pedrosa, Carrascal y Mario Robles, del Promesas. Expulsó por roja directa a Valverde.
Incidencias: Vigésima jornada del Grupo I de la Segunda División B. Partido disputado en Matapiñonera, en San Sebastián de los Reyes.