El conjunto de Javi Baraja tuteó sin premio a un Atlético de Madrid que se aprovechó de dos malas salidas de balón de los locales para vencer
Para que el Real Valladolid pudiera ganar en un día como este, en el que el líder visitaba los Anexos con tan solo cinco goles encajados en veinte partidos, era imprescindible que saliera un partido perfecto. Por momentos lo fue, pues los de Javi Baraja llegaron a estar más cerca del triunfo que sus rivales en el primer tramo del segundo acto, pero es evidente que los errores se pagan y, ante equipos de tal calibre, más aún.
El Atlético de Madrid salió victorioso gracias a dos tantos logrados cuando el partido permanecía manso, con dominio equilibrado, pero con el riesgo de que cualquier fallo iba a costar un disgusto para cualquiera de los dos conjuntos. Y en ambas ocasiones la balanza cayó del lado de los rojiblancos.
El primero llegó a los veintitrés minutos de juego, cuando el Real Valladolid quiso sacar, como en cada acción, el balón jugado, esta vez sin éxito. Una pérdida en las inmediaciones del área provocó un uno contra uno que evitó Maxi, pero de forma antirreglamentaria. El colegiado señaló penalti y Cedric adelantó a su equipo prácticamente en la primera gran ocasión del convite.
Hasta el momento los locales querían dominar, pese a la incesante presión del rival, pero no terminaban de ser lo suficientemente claros a partir de tres cuartos de cancha. Adrián Carrión, como siempre muy activo, lo intentaba, junto a un Óscar que bajaba del cielo todo lo que podía, pero la defensa colchonera estaba muy tozuda.
Eso sí, no pudo evitar el gol de Rafa tras otra gran combinación de los locales, en el último minuto de la primera parte y que hacía justicia a la igualdad presente hasta el momento, si bien es cierto que si ese gol significó el empate fue gracias al arquero blanquivioleta. Porque siete minutos antes, invocando al Santo Casillas –al bueno, al de hace una década– Maxi salvó a bocajarro el segundo del Atleti con una parada antológica que quitó el frío al respetable, y eso que era complicado.
El segundo echó por tierra la mejoría local
Con el empate, logrado en un minuto psicológico, el elenco de Javier Baraja salió con garra a la segunda mitad, y realizó un cuarto de hora prodigioso, con la capacidad de neutralizar al Atlético y de alterar a su portero Saldaña. Rafa agarró un balón en profundidad, quiso regatearle, pero el arquero sacó su pierna para despejar limpiamente el balón.
Al menos esa acción fallida provocó que el Real Valladolid entrara en efervescencia, abriera el partido sin recibir contraataques, que era el mayor peligro. Y en esta etapa del encuentro llegó la mejor ocasión para Luismi, que no entró por culpa de una carambola en el área colchonera que, sin saber muy bien cómo, escupió el balón.
Los locales no sentenciaron a los líderes y se arrepintieron diez minutos más tarde. Otro error en la salida del balón local otorgó a Sergio la oportunidad de plantarse delante de Maxi y superarlo por alto: el Atlético se encontraba una ventaja que no había merecido en los minutos anteriores, pero que demostró su eficacia de cara a gol y, en los minutos restantes, su solidez atrás tanto en medio campo dirigidos por su capitán —el exblanquivioleta Adrián Ferreras— como en defensa.
No será porque los pucelanos no lo intentaran con la salida de Alvi y de Álvarez para ofrecer más verticalidad si cabe, pero a base de centros –el único recurso para profanar el área atlética– no lograron inquietar a la zaga, que sacaba todo sin contemplaciones. Todo ello ante la atenta mirada de Javier Baraja, que veía como –de nuevo– su equipo había tuteado a un grande, pero –otra vez– se iba de vacío.
Aun así, el Divi permanecerá cómodamente en la cuarta plaza, a la espera de un posible pinchazo del Rayo que le pueda permitir seguir igualados a puntos. La próxima semana tocará viajar a Alcorcón, donde será necesario mantener la buena actitud –en eso nada se le puede reprochar al Real Valladolid–, pero dejar de lado los errores que, normalmente –y como sucedió este sábado–, se pagan caro.
Real Valladolid: Maxi; Iker, Morante, David Gómez, Poveda; Cerro (Álvarez, min. 73), Luismi, Óscar, Adrián Carrión (David Sanz, min. 88), Rafa (Alvi, min. 79) y Dalisson.
Atlético de Madrid: Saldaña; Manu, Alfredo, Cova, Fer (Quintana, min. 43); Ferreras, Gustavo, Ricard, Germán (Salido, min. 77), Cedric y Sergio (Rubén, min. 88).
Goles: 0-1, mi. 23: Cedric (p.). 1-1, min. 44: Rafa. 1-2, min. 66: Sergio.
Árbitros: Javier Gutiérrez Garrote estuvo asistido en las bandas por Luis Palacios del Valle y por Eduardo Ruiz Martínez. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Maxi y Luismi, y al visitante Gustavo.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 20 del Grupo V de la División de Honor Juvenil, celebrado en Los Anexos ante alrededor de 100 espectadores, cifra mermada por la lluvia y el frío.