El pichichi plasmó con un doblete la superioridad del Real Valladolid B en el derbi contra un Parquesol apagado desde que se puso por detrás en el marcador

Foto: Juan Díez
Se consumó la venganza blanquivioleta en el Saso. Con la suficiente autoridad que debe mostrar un líder que no sabe lo que es perder lejos de su campo, el Real Valladolid B volvió a ofrecer su mejor versión en casa del vecino, cuya morada todavía nadie había conseguido allanar, pero que le dio mucha menos guerra de la esperada en una batalla futbolística que arrancó bajo la nieve y terminó con Torres coronándose como el mejor soldado.
Sus números son una barbaridad, pues dieciséis goles lo son, están al alcance de muy pocos –no es descabellado decir que el Real Valladolid tiene un nueve para el futuro–, pero su trabajo los noventa minutos fue un reflejo de su excepcional temporada. Puede que a veces parezca que no está, pero eso es solo una falsa ilusión.
Ya avisó al principio del encuentro con un remate que despejó a córner Edu, que hasta el uno a cero tuvo poco trabajo, muestra de la igualdad del inicio del choque. Es más, el Parquesol salió con la iniciativa, en un campo convertido en una pista de esquí, dando la esperanza de que en esta ocasión el balón iba a ir a ras de suelo. La puesta en escena así lo hacía ver, con Garci y Gonza en la sala de máquinas.
Así fue, pues ellos dos fueron los más destacados en el inicio de una contienda que poco a poco se equilibró, hasta que el gol de penalti desniveló el marcador y el dominio, que ya no volvería a ser naranja hasta el minuto 85.
El colegiado no lo vio, sí el asistente, que consideró como penalti una jugada en la que Domi golpeó el balón con la mano, después de que le tocara en la cabeza. El árbitro confío en su linier y el Real Valladolid B en Torres, que acertó desde los once metros pese al suspense que ofreció Edu al rozar el balón con los pies. El primer asaltó había terminado con triunfo visitante.

El Real Valladolid B
amansó al Parquesol
Con el uno a cero, los de Juan Carlos Pereira se hicieron los dueños del encuentro. Solo vieron peligrar el resultado en un remate de Gonza, que despejó muy bien Miguel, seguro, como es habitual en él. Todo el que esperara una reacción naranja de las que suele protagonizar en el Saso, este sábado no la iba a ver.
Por varios motivos. El primero, que el Parquesol no creyó –y es raro decirlo–. Nunca se le vio cerca de igualar el choque, como si lo viera imposible desde que Torres transformó el penalti; y el segundo, quizás causa del primero, que el Real Valladolid B no dio opción.
Con el equipo bien plantado, ganó todas las segundas jugadas, se llevó todos los balones por alto y realizó una presión eficaz, que impidió a los locales dar más de dos pases seguidos.
Nunca fue un asedio sobre la portería de Edu, pero sí dio la sensación de estar siempre más cerca el segundo tanto que el empate y esa percepción se confirmó en el inicio del segundo acto. Tras dos intervenciones del arquero naranja, nada pudo hacer ante una vaselina milimétrica de Torres, que sentenció la contienda.
No hubo más asaltos porque cuando el Parquesol se lo quiso creer ya quedaban cinco minutos. Aun así, logró intimidar a los blanquivioletas, sacó orgullo, pero el peligro no acabó de aparecer pues la defensa blanquivioleta, férrea como siempre, superó en todo instante a un Sobas que, en ausencia de David, estuvo solo y perdido.
Pudo llegar el tercero con algún contragolpe de Esti o Popi, que pese a tener pocos minutos salieron con hambre, pero el marcador no se movió; la venganza ya se había servido y de una manera envidiable.
Porque nunca se salió de lo meramente futbolístico, ya que los jugadores tanto de Parquesol como Real Valladolid B dieron una lección de lo que es un derbi: más allá de que se mostraran solo dos amarillas, no se vio ni una entrada fuera de lo normal, ni una tangana, solo una rivalidad muy fuerte –como es lógico– pero sana, característica de unos futbolistas que cada fin de semana a su edad quieren disfrutar del fútbol, que siempre será lo más importante.
En esta ocasión, disfrutó más el Real Valladolid B, cada vez más cerca de rivalidar el título, mientras que el Parquesol sigue sin depender de sí mismo para ascender, y tendrá que viajar al campo de la Sur para volver a creer. En el Felicísimo se vivirá una nueva batalla, con vencedores y vencidos pero con un claro ganador –como se vio este sábado–: el fútbol.
CD Parquesol: Edu; Domi, Arroyo, Mario Blanco (Hugo, min.76), Rui; Gonza, Garci (Lucas, min.58), Pablo (Fran, min.58), Dani Luengo (Lucas, min.58), Mata; Sobas.
Real Valladolid B: Miguel; Herva, Casado, Méndez, Salamanca; Prada, Maroto (Encinas, min.70), Adrián (Valle, min.59), Camilo (Esti, min.77), Castri (Popi, min.86) y Torres.
Goles: 0-1, minuto 26: Torres (p.); 0-2, minuto 53: Torres.
Árbitro: El colegiado Mansilla Barrientos amonestó a Arroyo, del Parquesol, y a Casado, del Real Valladolid B.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 18 del Grupo III de la Liga Nacional Juvenil, celebrado en el José Luis Saso, ante alrededor de 200 espectadores, sin ningún incidente en las gradas.