El Real Valladolid B pierde la primera plaza doce jornadas después, mientras que el Parquesol da el adiós definitivo a la opción de subir tras caer en casa. La Sur, imparable tras vencer en el descuento
Parquesol 0-1 Ponferradina

El Parquesol dio por concluida la lucha por el ascenso. Terminó con las pocas opciones que le quedaban de una forma amarga, con un mal partido que no mereció perder, pero que estuvo lejos de ganar al menos en cuanto a méritos. Faltó contundencia, pero también orgullo –y eso es noticia en un conjunto que en la primera vuelta mostró que, en ese aspecto, iba sobrado— concretamente en una primera mitad insípida, donde el balón se paseaba por el área sin encontrar quien le domara.
El gol de la Ponferradina, al cuarto de hora del segundo acto, supuso la puntilla. El plantel de Manu Olivas necesitaba arriesgar y lo hizo, adelantó líneas, propenso a que Mauro, el titán leonés, hiciera una de las suyas. A él se sujetaron los visitantes y la jugada les salió redonda, pues el gol lo fabricó él, pese a que lo marcó Alberto.
En ese momento, los naranjas entraron en shock y buscaron el empate de aquella manera, con un juego directo poco efectivo, con Sobas y Mata inoperantes. Solo Lucas puso algo de luz a la noche del Saso con sus continuas internadas –acabó con calambres—y Pérez, cuando salió, que probó a Portas sin fortuna. Ya al final Sobas metió, pero en fuera de juego, confirmando la capitulación del Parquesol.
Cuando un equipo no cumple un objetivo tiene dos opciones: o irse de vacaciones o buscar otra oportunidad. Es cierto que el ascenso se marcha en una temporada que prometía lo máximo, pero el conjunto naranja tiene ocho jornadas para levantarse, para volver a unirse—sin eso no hay nada que hacer– y alzarse con una tercera plaza que se encuentra a solo tres puntos y que serviría para maquillar el curso. Si eso no ocurre, si se opta por lamentarse de lo que puso ser y no fue, los dos meses restantes pueden hacerse muy largos.
Cultural Leonesa 3-3 Real Valladolid B
El liderato dejó de ser blanquivioleta en el último suspiro de partido. Cuando el Real Valladolid B ya cantaba el triunfo en uno de los campos más difíciles de la liga, dos zarpazos de la Cultural Leonesa en el descuento dejaron los tres puntos en solo uno. La ventaja de dos goles no fue suficiente, porque en el 91 Diego recortó distancias y, en el 93, Dango puso el empate.
Los locales sacaron petróleo de un desierto, pues el Real Valladolid B fue superior en el cómputo global del choque. Se adelantó desde el punto de penalti gracias a Camilo y volvió a hacerlo con el gol de Cada, cuatro minutos después de que Rodri Suárez pusiera la igualada. En el 70, Castri selló el tercero que parecía la sentencia, aunque finalmente no lo fue.
Sin Jesús Torres, sustituido después del uno a tres por molestias, que no marcó –qué está pasando aquí–, los visitantes acusaron el cansancio en un descuento que les robó un liderato que tienen la oportunidad de recuperar este domingo en una final, porque no se puede tildar de otra forma el partido contra el Burgos CF. Son los dos mejores equipos, pero solo puede quedar uno. Los burgaleses parten con ventaja, pues son líderes por primera vez esta campaña.
Gimnástica Segoviana 2-3 UD Sur
La Sur se ha propuesto en la segunda vuelta no dejar de escalar. Un nuevo triunfo ante la Segoviana le reconforta en la sexta posición, con un partido menos, disputado precisamente ante el quinto, el Puente Castro, lo que hace el final de temporada aún más bonito para los de Alfonso Rodríguez. Esta vez fue en el último minuto, pero también se sumaron los tres puntos.
Con mucho sufrimiento, además. Porque si bien adquirieron una renta importante en el primer acto, se igualaron las tornas antes del descanso. Moli, a los doce minutos, pilló al portero adelantado y le batió por arriba y dos minutos más tarde Davo, a puerta vacía, hizo el segundo. Pudo sentenciar la Sur con un remate de Pablo, pero se topó con el arquero.
Y se pagó caro, porque la Segoviana recortó distancias en un córner y prácticamente en la siguiente jugada un error de entendimiento entre los centrales dejó a Jorge solo contra su tocayo, el arquero encarnado, que igualó la contienda.
Así terminó el tiempo reglamentario, pero hubo un hombre que creyó más que nadie. Diego, incombustible, se anticipó a todos en el segundo palo y remató a la red el tercero y definitivo en el descuento, que confirma una vez más el crecimiento de su equipo. La próxima semana el encuentro contra la Cultural serán palabras mayores.