El Real Valladolid B fue superior hasta el tanto de Diego Cervero. En la segunda parte dominó por completo, pero perdió irremediablemente los nervios y acabó con dos jugadores menos

El Real Valladolid Promesas tendrá que seguir remando si quiere salvarse. Si con la victoria contra el Celta B pareció dejar media permanencia, las tres derrotas sumadas de manera consecutiva hacen que la otra media tenga que esperar, después de caer en casa del Burgos CF. El nuevo tropiezo deja tocados a los de Miguel Rivera, cuya renta con el play-out se reduce a dos puntos; cuatro con el descenso.
Y eso que en un principio dio la sensación de que la cosa podía ser distinta, porque en los primeros compases fueron mejores los blanquivioletas. El filial vallisoletano dominó desde casi el silbatazo inicial y tuvo el cuero con su poso de otros días, aunque no siempre era capaz de profundizar. No obstante, a los cuatro minutos Mario Robles marcó gol, según entendió el colegiado, ayudándose con la mano, de manera antirreglamentaria.
Vio la amarilla por ello, como más tarde Carrascal, uno de los sacrificados en el descanso por Miguel Rivera. No le debió gustar al entrenador cómo se descompuso el filial tras encajar. El tanto de Diego Cervero vino en una acción aislada, en una falta lateral –enésima de la temporada– que puso bien Chevi y en la que el asturiano se adelantó a todos para perforar la meta de Guille.
El Real Valladolid B, que hasta entonces había dispuesto del balón, aunque a menudo en posiciones retrasadas, desapareció entonces, enredó en demasiadas ocasiones y vio varias amarillas por protestar. Estuvo incómodo en lo restante, propiciado también porque al Burgos le venía mejor que no encadenara cuatro pases, intentaba detener su juego y que el propio estuviera lejos de la puerta de Saizar.
El paso por vestuarios le vino bien a los vallisoletanos, que retomaron el dominio en la segunda mitad, y de qué manera. El Promesas fue el claro poseedor del cuero desde el reinicio del choque, aunque esto no siempre le permitió generar peligro. Y cuando lo hizo, Saizar salvó al Burgos, como en el disparo de Kike Pérez desde la frontal que despejó con los puños, como el fuerte disparo de Corral –el más activo en la primera mitad– que repelió a córner o como el testarazo de El Hacen.
Fue un continuo quiero y no puedo, porque los blanquillos se parapetaron sobre la portería de Mikel Saizar e intentaron que no se jugara más –con cierta connivencia arbitral– con detalles como la desaparición de los recogepelotas, mientras los blanquivioletas la sobaban intentando encontrar un resquicio por el que colarse y empatar. Y en el intento, perdieron los nervios de una forma absurda, ya que en casos así es mejor siempre perder solo un partido que perderte también el siguiente por no templar gaitas.
Así, en el tiempo añadido Mario Robles y El Hacen vieron la segunda amarilla por acciones evitables, dejando al equipo con nueve y, sobre todo, mermado de su participación de cara a la final contra el Salamanca CF UDS del domingo que viene en Los Anexos (11:30 horas). Importantísimos los dos en el entramado de Miguel Rivera, erraron ambos por un exceso de revoluciones que dilapidó las opciones que todavía podían tener en el agregado, en un último arreón.
Y pudo ser peor, porque cuando un jugador burgalés corría hacia el área de Guille Vallejo y fue detenido por un blanquivioleta en lo que bien podría haber supuesto otra expulsión, el árbitro dio por concluida la sangría en otro envite que debió acabar con mejores sensaciones que las que deja una derrota. Sucede muchas veces que, cuando no las sabes encajar, cuando no haces caso a aquel loco argentino que un día dijo «traguen veneno, que todo se equilibra al final», desequilibras la balanza en tu propia contra.
Y la del Promesas está desequilibrándose hacia la zona ardiente por ese daño que se hace a sí mismo. Por eso termina la jornada con tan solo un punto sobre el play-out, que ocupa Las Palmas Atlético, y con cuatro sobre el descenso con nueve por disputarse. Este, por lo tanto, parece todavía alejado, aunque bien haría el filial en dejarse de contemplaciones y enredos si no quiere más sustos.
Burgos CF: Mikel Saizar; Andrés, Borda, Undabarrena, Kevin; Goti (Fer Ruiz, min. 2), Jagoba Beobide, Chevi (Madrazo, min. 64), Adrián Cruz, Borja Sánchez; y Diego Cervero (Máyor, min. 87).
Real Valladolid Promesas: Guille Vallejo; Apa, Mario Robles, Carrascal (Sali, min. 46), Corral; Zalazar (Dani Pedrosa, min. 78), El Hacen, Kike Pérez, Alberto Gil; Casi (Óscar, min. 46) y Miguel.
Gol: 1-0, min. 29: Diego Cervero.
Árbitro: Amonestó a los locales Adrián Cruz, Borja Sánchez y Goti y a los visitantes Carrascal, Apa. Mario Robles y El Hacen fueron expulsados por doble amarilla en el tiempo agregado.
Incidencias: 35ª jornada del Grupo I de la Segunda División B. Encuentro disputado en El Plantío de Burgos, ante numeroso público local. Antes del choque fueron homenajeados los jugadores del primer equipo juvenil del club, recién ascendido a la División de Honor, y con quien el Real Valladolid B pelea por el título de la Liga Nacional.