En sus tres etapas, Borja ha disputado 219 encuentros con el Real Valladolid y ha ascendido dos veces a Primera División. Ante el Valencia, se convertirá en el cuarto jugador más veterano en disputar un partido con la zamarra blanquivioleta
Sin tan siquiera haber terminado la temporada, el Real Valladolid va perfilando su plantilla para la 2019/20. Un curso en el que no estará, al menos con las botas puestas, Borja Fernández, que en la mañana de este viernes ha anunciado su retirada del fútbol profesional, aunque seguirá ligado a la entidad blanquivioleta.
El orensano, que esta misma campaña se convirtió en centenario en Primera División, dará un paso al lado y se despedirá por todo lo alto: con su afición, en el José Zorrilla, y portando el brazalete de capitán por última vez. Se convertirá, así, en el cuarto jugador más veterano en disputar minutos con la entidad pucelana, por detrás de Paco Lesmes, Fenoy y Alberto López.
Cuando se baje el telón de la competición regular, el ‘abuelo’ dejará al Pucela en el escalafón más alto del fútbol español, mismo lugar al que llegó en su primera temporada defendiendo la zamarra blanquivioleta. Entre aquel verano de 2006 y esta primavera han pasado trece años en los que, en tres etapas distintas, ha disputado 219 encuentros: 119 en Primera, 95 en Segunda, de los cuales cuatro fueron de play-off, y 15 en Copa del Rey.
2006-2010: de un ascenso de récord a un final agridulce

Borja llegó al Real Valladolid bajo las órdenes de Mendilibar en busca de los minutos con los que no había contado ni en el Real Madrid ni en el Mallorca. Pronto se convirtió en un imprescindible de aquel equipo de récord, con el que disputó 37 encuentros –treinta de ellos, como titular–.
El broche de oro lo puso con el ascenso a Primera a falta de ocho jornadas para la conclusión del curso y batiendo el récord de puntos en la categoría de plata.
Comenzó entonces el idilio con la entidad blanquivioleta, a la que tan ligada ha estado desde entonces. Con todo, la siguiente temporada no fue fácil, pues se vio relegado al banquillo, cuando no a la grada, viendo reducida su aportación a mil minutos menos de juego.
No tiró la toalla el orensano, que en las dos siguientes campañas fue recuperando, paulatinamente, el peso que había tenido en su primer año en Pucela.
No obstante, no pudo dejar a los blanquivioletas en lo más alto, como ahora, y tras consumarse el descenso a Segunda División, abandonó la entidad para poner rumbo a un Getafe en el que tampoco le salieron bien las cosas.
2016: el regreso más amargo
Tras pasar por el Deportivo de la Coruña y el Eibar, el gallegó probó suerte en India, donde estuvo integrado en las filas del Atlético de Kolkata. En el mercado invernal, Miguel Ángel Portugal decidió traerlo para reforzar a un equipo que esa temporada, con tres entrenadores, acabó tan solo cuatro puntos por encima del descenso a Segunda B.
Firmó una segunda mitad de campeonato en la que lo jugó casi todo, con diecisiete encuentros disputados, lo que en ese momento le valió la renovación automática al alcanzar el número mínimo estipulado en su contrato. En total, acumuló 1.253 minutos en los que se erigió como capitán y líder, en uno de los momentos más complicados de la historia reciente del Real Valladolid. Como el propio Carlos Suárez reconoció en su despedida, la marcha de Borja fue uno de los momentos más duros a los que se enfrentó el otrora máximo accionista.
2017-2019: ascenso, centenario y permanencia

Solo un año tardó el ‘abuelo’ en volver a pisar el césped del José Zorrilla. Después de haber sido una pieza fundamental en la salvación del Almería, Borja firmó inicialmente por una temporada, en la que terminó consiguiendo el tan ansiado regreso de los blanquivioletas a Primera División.
De hecho, fue un básico en los planes de Luis César, así como posteriormente en los de Sergio. Con ambos disputó 41 encuentros, cuatro de ellos en las eliminatorias de ascenso, en los que volvió a convertirse en el jugador imprescindible que había sido cuando por primera vez se vistió la blanquivioleta.
Para el recuerdo quedará su gol ante el Numancia, que permitió sumar tres puntos vitales en la lucha por entrar en play-off, o el anotado en la goleada al Lorca.
Así, el orensano ha conseguido despedirse del fútbol profesional por todo lo alto. En el duelo ante el Sevilla FC cumplió su partido número cien en Primera con el Real Valladolid, pese a no tener el protagonismo en minutos que le hubiera gustado.
Con todo, ha conseguido el principal objetivo, la permanencia, y ante el Valencia recibirá el último homenaje de una afición que siempre le recordará como el ‘abuelo’ de los ascensos y el centenario en Primera.