El filial del Real Valladolid se impuso a un rival correoso y bien plantado que, sin embargo, no pudo evitar su eliminación en las semifinales del Trofeo Diputación

Corría un rumor en la grada y los alrededores del campo de La Serna; “caray con el Simancas”. Y sí, caray con él, cómo trabajó durante más de una hora para intentar evitar lo inevitable: perder contra el Real Valladolid Promesas en las semifinales del Trofeo Diputación. Algunas veces el fútbol depara sorpresas, pero no en esta ocasión, por mucho que los pupilos de Pablo Gil trabajasen. Enardecieron la bandera de la tenacidad, pero la tarde no estaba para ellos.
No lo estuvo porque el filial monopolizó el balón, a decir verdad, porque así lo quisieron los dos equipos. El Villa de Simancas aceptó el rol de bregador y se plantó bien delante de su frontal, aprovechando las dimensiones del terreno de juego y generoso en las ayudas.
Allí donde había uno de blanquivioleta, superada la divisoria, había por lo menos un franjiblanco, a menudo dos. La excepción, la banda izquierda, que Corral explotó cuanto quiso en la primera mitad. Siempre en caso de duda el cuero iba hacia ahí, siempre Doncel aparecía en los pasillos interiores –a veces en el derecho incluso– y siempre Juan Agudo compraba el engaño. Y en el uno para uno, casi siempre el recientemente debutante con el primer equipo del Real Valladolid salía ganador ante Zapa.
Las dos líneas replegadas del Simancas prácticamente se solapaban en el achique de espacios, lo que los redujo casi hasta el extremo, hasta el punto de que si Marcos André quería acercarse a combinar alcanzaba posiciones tan próximas con el mediocentro y con la zaga que el movimiento, baldío, al final no fue uno habitual. Pero, pese al atasco, las ocasiones se sucedieron ya en el primer periodo, casi desde el inicio; no por demérito o error de los simanquinos, sino simplemente porque los blanquivioletas son superiores.
Corral marcó en el remate de un saque de esquina, aunque el gol no subió al marcador porque había hecho falta, Marcos André tocó con los tacos y la echó fuera cuando el balón casi besaba la línea de puerta, Peñas despejó un derechazo de Corral, Víctor Frías no atinó a rematar un centro suyo… Pero como el acoso no llegaba al derribo, el Villa de Simancas salió brevemente de su parapeto para intentar por medio de Felipe llevar peligro a la portería de Samu Pérez, que estuvo inédito antes y después de eso, que fue a los veintiséis minutos.
La tendencia no varió en el segunda periodo, aunque hubo un breve lapso en el cual los de Pablo Gil parecieron querer sorprender. Coincidió con la entrada de Dani Blanco, que ganó varios balones aéreos y que en la primera intervención tumbó a Diego Alende cuando chocaron. Juan de Antón disparó desde lejos en la primera intentona verdaderamente clara de su equipo, aunque la aparición de Kuki Zalazar y Dali devolvió las aguas a su cauce.
Una acción del brasilero permitió el primer gol, de su compatriota Marcos André. Después de la gambeta en el costado izquierdo, el delantero ganó la partida a la zaga al poner antes al bota. “Ahora verás”, recitaba la grada en un mantra que tardó en cumplirse, porque Zalazar disparó fuera cuando culminó una jugada personal e incluso Iván Gómez obligó a Samu Pérez a hacer una gran parada en una falta directa bien cobrada. Un barullo en el área del Promesas hizo que alguno empezara a arrepentirse del presagio, pero luego no.
A Segura le negó el tanto Peque, como antes Vítores había hecho con Óscar. Sin embargo, el ariete se desquitaría al final con un doblete que sentenció, primero enviando a las mallas un testarazo en un centro tocadito y medido de Raúl Navarro y más tarde con un caramelo de Víctor Socorro, brillante en los minutos de que dispuso pese a que Peñas evitó que marcara.
Sucedió que en el fútbol, como en la vida, la lógica se cumple más que los sueños, lección aprendida por un Villa de Simancas que fue digno rival del Promesas, quien reeditará la final de la edición anterior del Trofeo Diputación el próximo miércoles ante el Atlético Tordesillas, en la que será su última prueba previa al inicio de la competición liguera.
Real Valladolid Promesas: Samu Pérez; Raúl Navarro, Alende (Mario Robles, min. 55), Morante, Corral; Víctor García (Kuki Zalazar, min. 60), Oriol Rey (Víctor Socorro, min. 76), Segura, Doncel (Dali, min. 60); Marcos André (Alberto Gil, min. 76) y Óscar.
Villa de Simancas: Peñas; Zapa, Vitores, Fer, Peque (Facu, min. 80); Juan Agudo (Dani Blanco, min. 46), Iván Gómez (Nacho, min. 73), Suárez, Juan de Antón (Galache, min. 73); Emi (Gonzalo, min. 67) y Felipe.
Goles: 1-0, min. 67: Marcos André. 2-0, min. 79: Óscar. 3-0, min. 88: Óscar.
Árbitro: Stoychev Vasilev (CyL). Amonestó a Morante (38′).
Incidencias: Instalaciones Municipales La Serna (La Pedraja de Portillo). 350 espectadores.
