Un gol y una asistencia de Yarima resuelven a la postre un partido competido, en el que el conjunto naranja se estiró en el segundo acto

Dicen que las pruebas son para probar, que los amistosos sirven para mejorar y que las pretemporadas no suman puntos. Y es cierto, en parte, porque puede valer para mucho más. Por ejemplo, para adquirir un punto más de madurez, como el que logró el Parquesol al superar a un gran Alavés en su cuarto test de precampaña.
Eso sí, lo explicado solo obtendrá veracidad si se analiza la segunda parte, porque en la primera las locales mostraron poco. El conjunto vasco dominó con creces hasta el descanso, si bien lo hizo de forma estática, sin profundidad, con el balón entre centrales y sin toparse con su referencia. Y eso que esta conocía muy bien este campo.
Además, fue capitana. Alexia Blanco regresó al Saso con el brazalete y dispuesta a marcar su primer gol con otra camiseta. Acabó cerca en dos ocasiones, pero no dispuso de la tercera para convertirla en la vencida.
Aun así, significó el mayor peligro de su equipo en el primer acto. Por su parte, las de Rubén Jiménez aguantaron bien atrás, sin poder trazar un contragolpe pues abusaron de balones largos imposibles para la nueva delantera.
Alaitz disputó sus primeros minutos de naranja, y dejó algún avance de lo que puede llegar a ofrecer. Aunque sin balón resultó complicado. En cambio, Sara Buitrago, que también salió de titular, dispuso de la mejor acción de su conjunto al minuto de empezar el choque.
El Parquesol salió de la guarida y encontró premio

Sin embargo, tras el paso por vestuarios las locales salieron dispuestas a proponer más. Evitaron que continuaran las eternas posesiones del Alavés y empezaron a ver la luz, que en este choque llevaba el nombre de Yarima. Dispuso de una banda derecha convertida en autopista, que aprovechó en varias ocasiones, aunque solo en las dos últimas dio resultado.
A falta de cinco minutos, sin saber cómo –de hecho, a esta hora sigue sin saberlo–, Yarima salió desde el suelo de un piquete de jugadoras blanquiazules y le puso un balón medido a Ali que, con su calidad habitual, remató a la red de primeras y desniveló el convite que iba camino de la igualada. No es que el Alavés no mereciera más, pero en la segunda parte fue más irregular y, tras los cambios, se abrió en exceso.
Y en esas condiciones las que más disfrutaron son Barbi, Nata y Murita, que filtraban pases por doquier hacia la derecha y ahí Yarima ya hacía lo propio.
Lo repitió en la última jugada cuando, ya exhausta, se metió en el área y definió al palo corto. Si en los dos últimos amistosos había faltado la asignatura del gol, quedó aprobada este miércoles y, para más inri, de nuevo a la postre. A ver si es que lo de la temporada pasada era solo un aviso.
Lo importante vendrá en liga, donde este duelo se repetirá, aunque antes todavía quedan varias pruebas. La más próxima, la de este sábado ante el Oviedo, cuando el CD Parquesol Patatas Meléndez buscará seguir en esta línea y mejorar ya con la plantilla completada tras la incorporación de Alaitz.