Contracrónica de FC Barcelona 5-1 Real Valladolid
Pesadilla de Sergio González en el Camp Nou. Noche de terror. Halloween se adelanta con sus muertos, sus zombies, sus fantasmas, sus sustos y sus trágicas noches. Como la que vivió el Real Valladolid este martes. Jugó un partido que duró treinta minutos. Justo en ese momento despertó Messi, la bestia, y sentenció. Hasta entonces el encuentro estuvo más igualado de lo esperado. Se puso por delante de rebote el Barcelona nada más saltar al campo y un cuarto de hora después empató Olivas tras aprovechar un error de Ter Stegen. Tras sobrepasar la media hora, fin del juego. Dos asistencias (a Vidal y a Suárez) y dos goles (de falta y de volea) de Brad Pitt en Guerra Mundial Z. Para mí, resultado abultado. El Real Valladolid no jugó mal. No mereció tanto castigo. Se notaron los siete días menos de descanso…
Messi. Jugar con Messi supone disputar el partido con cinco jugadores más. Es decir, con dieciséis futbolistas sobre el campo. Este martes, si Messi se hubiera quedado en la grada, el partido hubiera sido otro. Apuesto a que el Barcelona hubiera sufrido más de la cuenta. El Pucela no jugó peor que el pasado sábado ante el Eibar, que nos pegó un repaso en el primer tiempo. Los de Sergio González compitieron en el Camp Nou hasta que el argentino marcó la diferencia. Remontó y sentenció el partido ÉL SOLITO. Ante eso, poco se puede hacer. Y esta también es nuestra liga, pero no estamos hechos (todavía) para competir durante 38 jornadas contra los grandes. Ya empatamos en el Bernabéu y ante el Atleti. No les podemos pedir mucho más. Borrón y cuenta y nueva. Próximo objetivo: lograr los tres puntos en casa.
Equipo. Parece complicado rascar una buena noticia de un 5-1. ¡Pero la hay! El Real Valladolid volvió a dejar muy buenas sensaciones. Otra vez como EQUIPO. Esa palabra que se repite una y otra vez en los planes de Sergio González. Cualquier equipo, tras recibir semejante mazazo en el minuto dos (el disparo de Lenglet se iba fuera), se hubiera venido abajo y no hubiera podido rehacerse. El Pucela sí. Resurgió. Renació como un zombie. En el momento en el que Masip cogió la pelota de la red el partido cambió de color. Una ocasión de Guardiola y otra de Waldo encendieron las alarmas. Posesión blanquivioleta, movimiento rápido del balón y con llegada, aunque con poco peligro. En el quince, Míchel (¡MICHEL!) sacó en una falta el mejor centro de su vida. Fue tan bueno que provocó un fallo jamás visto en Ter Stegen. Lo aprovechó para marcar Olivas, que sintió algo de envidia con el gol de Salisu ante el Eibar. El resto ya lo conocen. Messi sacó la escopeta en The Walking Dead. PUM, PUM, PUM y PUM.
Dudas. Ahora, después de la goleada, resulta ventajista analizar el esquema por el que apostó Sergio en el Camp Nou. Salió con cinco defensas. No con tres más dos carrileros. Cinco defensas que se encerraron y sufrieron. Sobre todo lo pasó mal Barba, que ni roza el nivel de sus tres rivales directos (Salisu, Olivas y Joaquín). Algo parecido le ocurre a Anuar. Para mí, el canterano no tiene ahora mismo el nivel suficiente para contar con minutos en Zorrilla. Tiene por delante a Alcaraz, Míchel y San Emeterio. Otro indiscutible, también muy criticado, es Nacho. Se lesionó y se tuvo que retirar del césped antes de tiempo. Su ausencia se notó demasiado. La banda izquierda quedó huérfana y Waldo muy solo. Hervías revolucionó algo al equipo, Plano y Guardiola no tuvieron opciones y Porro… ¡Ay, Porro! Cada día que no juegas con la camiseta del Real Valladolid se muere un gatito…