Un Atlético ordenado gana a los pucelanos, que cometieron más errores atrás y que terminaron sin ocasiones claras

La asignatura de ganar a un grande seguirá pendiente para el Real Valladolid de División de Honor. Tampoco pudo contra un Atlético de Madrid que, a diferencia del Real Madrid cuando vino hace unas semanas, fue superior en todos los aspectos e impidió que su rival conectara con el partido. Y, además, los errores cayeron de nuevo del lado local, condenatorios como en el choque mencionado ante los blancos.
Es cierto que en esa faceta se asemejaron ambos encuentros, pero en lo demás fueron diametralmente opuestos. Porque el Real Valladolid esta vez en ataque se mantuvo desaparecido. De medio campo en adelante el dueño era la zaga atlética, sin fisuras, haciendo honor a la frase de que una «buena defensa es un mejor ataque». Con esos cimientos plantados la victoria era cuestión de tiempo.
Veintisiete minutos exactamente habían pasado cuando Nando vio portería. También quiso verla antes Nacho, pero se encontró con la firmeza de Maxi. Esta vez el Atleti no desaprovechó la oportunidad que le había brindado su rival en una mala salida de balón. Esa fue la gran virtud de los rojiblancos: impedir sacar la pelota desde atrás a los de Ricardo, obligados a dar el patadón.
Y allí estaban Castri y Slavy, que luchaban contra las torres madrileñas de forma insistente, pero casi siempre en balde. En esa lucha física salían perdiendo, y eso que en la segunda mitad su ímpetu mejoró, también por la necesidad de venirse arriba ante un Atlético que seguía haciendo daño, con un Mario especialmente activo.
Sin embargo, no fue suyo el segundo tanto, sino de Nacho, que se puso como reto emular la actuación de Messi ayer –con la diferencia de que en vez de dos faltas, solo metió una–. La ejecución resultó idéntica con un lanzamiento sublime, de estos que se sabe que entra desde que sale el balón despedido de la bota. Ante ello, Maxi solo pudo mirar. Bastante había hecho evitando el gol minutos antes.
Ricardo sacó a Lozano y a Laurel, que tampoco mejoraron a los sustituidos Maroto y Carrión. El siete había sido de lo más persistente de su equipo, pero por dentro no pudo lucirse ni encontrar a unos delanteros que, este domingo, se fueron de vacío.
Así el Real Valladolid consumó su segunda derrota consecutiva sin ver puerta, ante el Rayo fruto del infortunio, pero ante el Atlético causa de la falta de creatividad, del buen hacer del rival y, lo que más duele, de los errores atrás. Otra vez condenaron al conjunto pucelano ante un grande que, con orden y precisión, se llevó tres puntos de oro.
Real Valladolid: Maxi; Iker, Palomeque (Prada, min. 78), Amoah, Casado; Javi Díez, Maroto (Lozano, min. 62), Carrión (Laurel, min. 62), Alvi; Slavy (Iglesias, min. 72) y Castri.
Atlético de Madrid: Saldaña; Ajenjo, Marco (Tenas, min. 89), Lama, Iker; Castro, Nacho, Mario (Soto, min. 69), Rojas (Navarro, min. 85), Nando (Camello, min. 89) y Tenas.
Goles: 0-1, minuto 27: Nando; 0-2, minuto 61: Nacho.
Árbitro: Miguel Reinoso Mangas dirigió el partido.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 10 del Grupo V de División de Honor, celebrado en Los Anexos ante alrededor de 150 espectadores.