Celta y Real Valladolid, separados por cinco puntos en la clasificación, se ven las caras este viernes en un encuentro clave por la permanencia

Foto: Real Valladolid
Mucho más que tres puntos. Eso es lo que hay encima de la mesa escasas horas antes de que llegue el encuentro entre Celta de Vigo y Real Valladolid, que tendrá lugar este viernes a las 21:00 horas. El lugar, Balaídos, que previsiblemente será una caldera después de que el Consejo de Administración del cuadro gallego haya decidido esta semana rebajar el precio de las entradas para buscar que el club se sienta «lo más arropado posible».
No es para menos, pues este enfrentamiento, con el que dará comienzo la jornada número quince de la Primera División, medirá a dos vestuarios inmersos en la lucha por la permanencia y que están separados por apenas cinco puntos. Esta distancia es, sobre el papel, escueta, pero aun así marca la diferencia entre estar en puestos de descenso y respirar con algo más de alivio, lo cual pone de manifiesto la enorme competencia del torneo español.
Con un Celta que en el último partido puso fin a cinco jornadas seguidas sin ganar, el cruce ante los blanquivioletas se les presenta como una buena oportunidad para dar un golpe sobre la mesa. Su rival, por otro lado, también necesita de un triunfo que no llega desde principios de mes, cuando los de Sergio González se impusieron en casa por 3-0 ante el Mallorca.
Se trata, así las cosas, de un duelo de necesidades, de obligaciones, en última instancia, por salir de la zona roja, en el caso local, y de demostrar que los dos últimos tropiezos, en el caso del Real Valladolid, han sido simplemente eso: tropiezos.
En cuanto al Pucela, la buena noticia la pone el regreso de Joaquín a la convocatoria, erigido esta campaña como una pieza clave y cuya baja en las pasadas semanas presentó sobre el césped a un conjunto vallisoletano algo débil en la medular.
Por parte de los celestes, la situación de los lesionados resulta algo más preocupante, pues afecta a varios componentes de la plantilla, véase el guardameta Rubén, Beauvue, o Iván Villar, los tres con una larga recuperación por delante, y a los que se suman jugadores como Juncá o Rafinha, ya en correctas condiciones, aunque todavía en estado delicado.
Es por eso que la alineación del equipo local todavía es una incógnita, a pesar de que haya nombres fijos como el de Iago Aspas, máximo goleador con cuatro dianas, Denis Suárez o Araujo, que representan componentes de indudable calidad.
En el caso del Real Valladolid se espera un once compuesto por los más habituales como Masip, Olivas, Salisú, Moyano, Míchel, Alcaraz, Plano, Sandro o Guardiola; este último, con ganas de anotar un gol que se muestra como el gran problema para ambas escuadras.
El Real Vallladolid, con catorce tantos anotados, y el Celta, con únicamente diez, son, junto al Eibar (14) y los colistas Espanyol (8) y Leganés (8), los clubes menos goleadores de toda la competición. Dada esta circunstancia, se espera un partido de contención con escasas oportunidades y opciones a balón parado que bien podrían decantar la balanza hacia un lado u otro.
En cualquier caso, la competitividad es máxima dado lo que hay en juego y la trascendencia de una jornada que pondrá fin al mes de noviembre. Los elegidos por Sergio González para viajar a Vigo son Masip, Lunin, Kiko Olivas, Javi Moyano, Nacho, Pedro Porro, Salisu, Fede San Emeterio, Hervías, Joaquín, Míchel, Óscar Plano, Rubén Alcaraz, Toni Villa, Waldo, Enes Ünal, Sandro y Sergi Guardiola.
Por su parte, Óscar García ha convocado a veinte jugadores, por lo tendrá que hacer dos descartes. La citación la conforman Sergio Álvarez, Fran Vieites, Iago Domínguez, Hugo Mallo, Costas, Araujo, Olaza, Aidoo, Kevin, Okay, Denis Suárez, Fran Beltrán, Rafinha, Lobotka, Brais Méndez, Pape Cheikh, Iago Aspas, Sisto, Gabriel Fernández y Santi Mina.
El árbitro encargado de pitar este encuentro será el manchego Alberola Rojas, quien estará asistido en la sala del VOR (Video Operation Room) por Medié Jiménez.