Los chicos de Javi Baraja fueron superiores al CD Izarra en el primer tiempo, pero todo se equilibró en una segunda parte de locura
Foto: Sergio Borja
El fútbol se define en las áreas y eso se demostró en Estella, donde el Real Valladolid Promesas arrancó la segunda vuelta con un empate ante el Izarra, después de una primera mitad en la que fue superior y un segundo acto de locura.
La máxima se pudo ver bien pronto con el gol de Miguel de la Fuente de penalti cuando solo habían transcurrido un par de minutos. De una jugada de peligro de los locales se pasó al 0-1 blanquivioleta, con una pena máxima que el delantero tudelano no falló. La diferencia estaba en convertir las ocasiones.
Porque, a partir de ahí, el encuentro se puso muy cuesta arriba para los colistas del grupo II de la división de bronce y el filial jugó con su mala situación. Con los nervios de unos jugadores a los que no les salen las cosas. Desde entonces, el tiempo corrió, durante un buen tramo, a favor de los visitantes.
Pese a todo, gran parte de las situaciones que se vieron en Merkatandoa durante la primera mitad vinieron provocadas por el magnífico trabajo del Promesas, que controla casi todos los registros del juego.
Sobre todo, cuándo y cómo manejar el balón para protegerse y pausar el ritmo. Cuando no lo consigue, sufre. Eso pasó en la segunda mitad. Si el Real Valladolid Promesas perdonó en los primeros 45 minutos con ocasiones desperdiciadas, como el precioso disparo de Carlos Doncel que se estrelló en palo, el Izarra resurgió contra pronóstico.
Tras el descanso, la locura
O, más bien, los pucelanos desaparecieron. Porque les costó horrores manejar el balón y sacarlo jugado desde la portería de Samu Pérez, salvador en los últimos minutos del encuentro de un punto agridulce. Los navarros, mejor colocados sobre el césped, manejaron el centro del campo e inclinaron la balanza a su favor a base de goles.
Entre Hinojosa y Valdo se cocinaron el empate con una gran jugada en la que el primero batió a Samu Pérez en el 51′. Nueve minutos después llegaba el 2-1 y certificaba la inoperancia de los visitantes. Tras los dos golpes consecutivos, los jugadores blanquivioletas no encontraron solución a lo que estaba ocurriendo en el partido.
El tiro en el pie se lo dio el Izarra. A perro flaco, todo son pulgas. Un córner sin aparente peligro lanzado por Zalazar se convirtió en un nuevo penalti por mano de Hinojosa, que terminó expulsado un par de minutos después. Miguel no falló y, de nuevo por el costado derecho, marcó el segundo.
A partir de ahí, los de Javi Bajara se centraron en defender un punto que sabe a poco vista la primera mitad, pero se antoja demasiado botín por cómo se jugó la segunda.
CD Izarra: Markel; Arroyo, Cabrera, Maestro, Eneko; Rúper, Hinojosa; Areso (Javi Gómez, min. 69), Sola, Ibai; Valdo (Pablo Ruíz, min. 83).
Real Valladolid Promesas: Samu; Raúl Navarro, Jaime, Alende, Vilarrasa; Víctor, Oriol (Segura, min. 86), El Hacen (Mancuso, min. 84), Doncel (Slavy, min. 75); Zalazar y Miguel.
Goles: 0-1, min. 3: Miguel de la Fuente; 1-1, min. 51: Hinojosa; 2-1, min 59: Sola; 2-2, min. 80: Miguel de la Fuente.
Árbitro: Sánchez Asla, del colegio vasco, asistido en las bandas por López Buitrago y Castaño Ibarguren. Amonestó a los locales Hinojosa, con doble amarilla, a Valdo y a Sola, y al visitante Alende.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima jornada en el grupo II de Segunda División B, disputado en Merkatondoa.