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Sin playa ni Copa

por Jacobo Herrero
22 de enero de 2020
Foto: LaLiga

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El Real Valladolid cayó derrotado ante el Tenerife en los dieciseisavos de final tras un partido que se llevaron los locales en los últimos minutos

 

Caro en el césped, lesionado
Foto: La Liga

Era el verano de 1989 y cierta banda madrileña de pop-rock lanzaba el himno de las vacaciones con uno de los ritmos más pegadizos que jamás hayan cantado tantas y tantas generaciones. “Vaya, vaya, aquí no hay playa” son las palabras que componen el temazo de The Refrescos y que perfectamente podía haber sonado por megafonía al término del encuentro copero entre Tenerife y Real Valladolid.

El equipo de Sergio González, quien ya avisó de que las islas pueden ser peligrosas, pues te entran las ganas de chanclas, sol y verano, perdió en los últimos minutos ante un rival que fue de menos a más y que supo sobreponerse al tanto de Sandro Ramírez en el minuto cincuenta. El Pucela no estará en el bombo de octavos. Ni playa, ni victoria. Más bien frío y caras largas.

“Podréis tener la Liga, podréis tener la Copa” –así sigue la letra de The Refrescos–. Y rima que te rima: “aquí no hay playa”. Pero ni playa, ni fútbol ni mucho menos buenas expectativas, pues el Real Madrid aguarda este fin de semana. Éramos pocos y ya se sabe como acaba el refrán  

El Real Valladolid, que se enfrentaba en estos dieciseisavos de final a un Segunda División, no supo controlar el cruce en ningún momento, a pesar de salir mejor que su oponente, que se hacía fuerte con las internadas de Elliot Gómez y con el buen hacer de Luis Milla, con tiempo suficiente para pensar y hacer pensar a su equipo.

En el Pucela, por contra, tan solo un notable El Hacen, que imprimía criterio en la salida de balón, y algún que otro detalle de Plano o Hervías daban algo de sentido a la ofensiva blanquivioleta. Nacho lo intentaba al contragolpe, sin éxito. Y en la portería, José Antonio Caro, que mostraba su carta de presentación y al que se le notaban los nervios en el cuerpo. Nervios y mala suerte que le jugaron una mala pasada, hasta el punto de salir lesionado. Estreno para olvidar, en definitiva.

Con una primera parte aburrida, el segundo tiempo comenzó con algo más de brío, con dos vestuarios que parecían querer apostar por el pase de ronda y con un Pucela algo más sensato. “Vaya, vaya, aquí sí hay playa”, pudo pensar Sandro, que apenas diez minutos después de la reanudación, en un excelente desmarque y tras un pase sensacional de Plano, conseguía batir al portero del Tenerife. 1-0 y eliminatoria encarrilada.

Los de Pisuerga tuvieron entonces sus mejores minutos del encuentro, con pausa y solidez, aunque no duraron mucho. Lucía el 77′ en el electrónico y en un contragolpe encabezado por Elliot, que encaró la banda como Pedro por su casa, ponía un centro medido a la cabeza de Joselu. Despiste de los zagueros y el ex del Real Oviedo la mandaba para dentro. Cambio de tornas.

A partir de ese momento, los locales se vinieron arriba y el club vallisoletano decidió arrinconarse en su campo. Y otra vez la cancioncita: “Vaya, vaya, aquí no hay playa”. Masip, que entró por el lesionado Caro, sacaba un balón a quemarropa. ¿Y en el banquillo? Calentaban Fede San Emeterio y Miguel de La Fuente, que saltarían al campo, en ese orden, sin poder acaparar apenas protagonismo.

“Vaya, vaya, aquí no hay playa”. Los isleños manejaban el tempo del enfrentamiento y, a falta de cinco minutos para el final, tras otro contragolpe que pilló en ascuas a los pucelanos, Dani Gómez tiraba de pillería y engañaba a Alende en el área. El gallego derribaba al delantero rival, que pedía penalti. Concedido. A la línea de once y para dentro. 2-1 definitivo.

Los últimos instantes del encuentro fueron un quiero y no puedo del Real Valladolid. Sandro buscaría la última en el área tinerfeña, pero un providencial Luis Pérez consiguió robarle la cartera. Fiesta en el Heliodoro Rodríguel López, que aguardaba el pitido final. Y al fin llegó. Los canarios estarán en el sorteo. El Pucela, vuelta a casa, a pensar en la liga. El miércoles se cerró sin playa, “vaya, vaya”, ni Copa. Y “chimpón”. Pues eso. Frío y caras largas.

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