Contracrónica del Real Valladolid 1-1 Villarreal
Otra vez un equipo con aspiraciones grandes se atascó en Zorrilla. Cierto es que el Villarreal hizo una buena segunda mitad contra el Real Valladolid, si bien, como dijo Sergio González, quizás no fue tan buena como la primera de los blanquivioletas, que se quedó a un gol de Sandro de ser redonda. Pero no es malo el empate: permite acercarse un punto más a la salvación y dejar uno más lejos al descenso, y todo mientras Ben Arfa se pone en forma. Su ritmo actual es más propio del fútbol argentino que del español.
Reyes del empate. La dirección de Loterías y Apuestas del Estado debe estar pensándose poner directamente una ‘X’ en los partidos del Real Valladolid, pues lleva once empates en veintitrés jornadas. No se pueden desdeñar, puesto que hablan de un equipo al que le cuesta vencer, sí (solo lo ha hecho más que otros tres), aunque también dificilísimo de batir (solo siete conjuntos han perdido menos). Fue merecido, esta vez, en su justa medida, porque la segunda mitad equilibró la sensación de superioridad de la primera.
Poca posesión, mucho Alcaraz. La primera parte fue, junto a las jugadas en el Camp Nou y en casa contra la Real Sociedad, en la que el Real Valladolid tuvo menos el balón. Sin embargo, marcó dos goles (uno anulado a Ünal por fuera de juego) y tuvo opciones de marcar un tercero en las botas de Sandro, otra vez negado de cara a puerta. Esto fue, en buena medida, gracias a que Alcaraz estuvo superlativo, durante todo el partido, pero sobre todo en esa primera mitad en la que, además, marcó su primer gol de la temporada.
Ben Arfa, al ralentí. Es verdad, a Ben Arfa le queda un mundo, pero difícilmente cabía esperar otra cosa de un jugador que venía de una inactividad competitiva de ocho meses. El propio Sergio habló después de premura, visto su ritmo. Pero cuando uno firma a un jugador así, ha de intentar meterlo en dinámica cuanto antes. El margen que tiene el Pucela sobre el descenso y el hecho de que el rival fuera el Villarreal, y no el Mallorca, por ejemplo, hacía permisivo el riesgo a pagar un peaje. Es pronto para quitarle el crédito. Por su talento, debe tenerlo (no ilimitado).