Pese a no brillar en su año en el Real Valladolid, el zaguero ha llegado a uno de los grandes de España tras una brillante etapa en el Espanyol

Foto: Real Valladolid
Mario Hermoso no era precisamente el mejor perfilado para acabar en un grande, al menos tras su andadura en el Real Valladolid. Sin embargo, de los futbolistas que pasaron por la entidad en los últimos años, es posiblemente el que ha encontrado el mejor destino.
El que fuera lateral, ahora convertido en central, disfruta en el Atlético de Madrid, aunque no con la regularidad soñada por un defensa. Lo consiguió gracias a un año formidable en el Espanyol, muy lejos de vaticinarlo cuando terminó en el conjunto blanquivioleta.
Aquí nunca llegó a deslumbrar. Pese a provenir del Real Madrid como una promesa, el curso 2015-2016 cedido en el Real Valladolid se llenó de altibajos. Llegó para reforzar una defensa que se quedaba coja, para sustituir ni más ni menos que a Peña, pero no cuajó.
En muchas ocasiones desató el murmullo de la grada por su inseguridad y tuvo un competidor, Nikos, a mitad de temporada, que le privó de acabar la temporada con presencia en el once.
Es por eso por lo que regresó al filial del Real Madrid. A las órdenes de Solari, pasó ya a jugar de central y a tener máximo protagonismo. Disputó casi 3.000 minutos esa temporada en Segunda B, aunque no logró el objetivo colectivo de ascender a Segunda.
El Espanyol llamó a la puerta y lo fichó. Sin duda, era una oportunidad espléndida para jugar su primer año en Primera. Así parecía ser, pero le ocurrió lo mismo que en el Real Valladolid, y en la segunda vuelta perdió la titularidad. No obstante, estaba a las puertas de su mejor temporada como futbolista.
También en el equipo catalán, se convirtió en el guardián de la defensa. Disputó absolutamente todo, a excepción de cuatro partidos en los que una lesión le apartó. Tanto es así que fue el defensa mejor traspasado de la historia del equipo perico, con un valor de 25 millones. Se lo había ganado, e incluso Luis Enrique decidió llamarle para dos partidos con la selección absoluta. Debutó en noviembre de 2018 ante Bosnia. El premio máximo le llegó en verano. Su destino: el Atlético de Madrid. Era una catapulta.
No solo por el equipo al que acudía, sino por la responsabilidad que adquiría. Era como un déjà vu. De nuevo aterrizaba en un proyecto en construcción, como ocurrió en Valladolid, con una defensa que perdía a tres pilares como eran Godín, Filipe y Juanfran. Simeone la rearmó bien y Felipe, Giménez y Savic no han permitido a Hermoso ganarse un puesto.
Aun así, ha disputado 20 partidos ya con la rojiblanca, sin cometer apenas errores. Es más, ha cumplido con su exigente papel. Casi logra su primer gol ante el Barcelona, pero Ter Stegen lo evitó. Ante la Cultural sufrió su peor capítulo en lo que lleva en el Atlético. Su futuro es un mar de dudas para la temporada que viene, pero sus 25 años le abren las puertas a la progresión durante varios años más.