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Así será el camino del Promesas en la nueva Segunda B

por Jesús Domínguez
6 de septiembre de 2020
Promesas

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El nuevo formato, enfocado a la reestructuración del año que viene, plantea al filial del Real Valladolid un terreno escarpado para, como mínimo, seguir en el tercer escalafón nacional

 

Moha
Moha || Foto: Real Valladolid

El Real Valladolid Promesas afrontará durante la temporada 2020/21 su séptimo curso consecutivo en Segunda División B, que estará conformada esta campaña por nada menos que 102 equipos, después de que los distintos condicionantes provocados por el coronavirus hayan provocado 22 ascensos procedentes de Tercera División. Nunca la categoría fue tan numerosa, lo que puede provocar una rebaja de la competitividad general que, sin embargo, se dará como preludio de la reestructuración que se acometerá el próximo verano.

Entonces, la Real Federación Española de Fútbol incluirá un escalón intermedio entre las actuales Segunda y Segunda B, denominado por el momento Segunda B Pro, donde habrá cuarenta equipos, que serán divididos en dos grupos de veinte. El objetivo mínimo que se baraja en las oficinas de Zorrilla es que el filial luche por estar ahí, para no quedarse rezagado en el cuarto escalafón. No obstante, este será el afán de muchos. Y el terreno será escarpado.

A expensas de que se conozca parte del formato –quizás se desvele después de la reunión que habrá este lunes día siete en la RFEF–, lo que parece claro es que el margen de error será ínfimo, dado que cualquier tropiezo puede ser determinante a la hora de quedarse atrás. Así será el camino

 

Primera fase

Los equipos se dividirán en cinco grupos que, a su vez, se subdividirán en dos. El Real Valladolid Promesas jugará en el Grupo 1B, compuesto por diez equipos, en el que se enfrentará a tres conjuntos de la región, Numancia, Cultural Leonesa y Burgos, y a seis asturianos: Covadonga, Lealtad, Marino, Oviedo B, Sporting B y Langreo. Será en el formato clásico de ida y vuelta, sumando dieciocho partidos.

A priori, los rivales de Castilla y León serán los más duros, toda vez que el Numancia viene de descender de Segunda, la Cultural Leonesa disputó el último play-off tras ser segunda en el Grupo II la pasada campaña y el Burgos –octavo entonces– cuenta con un proyecto fuerte, con un respaldo económico importante procedente de Argentina: la familia Caselli.

Por su parte, dos de los asturianos acaban de ascender, el Lealtad y el Covadonga, mientras que los demás quedaron de mitad de tabla para abajo en el Grupo I: el Langreo fue décimo, el Oviedo Vetusta duodécimo, el Sporting B décimoquinto y el Marino, decimoctavo, ocupaba puestos de descenso cuando el fútbol se paró.

Llegados a este punto, y por lo que se contará a continuación, conviene recordar a los integrantes del Grupo 1A. Son el Deportivo de La Coruña, el Pontevedra, el Racing de Ferrol, el Coruxo, el Celta B, el Compostela, el Zamora, el Guijuelo, el Salamanca UDS y Unionistas.

 

Vilarrasa
Vilarrasa || Foto: Real Valladolid

Fase intermedia de ascenso

Para poder garantizarse su puesto en la Segunda B Pro, el Real Valladolid Promesas deberá clasificarse entre los tres primeros de la liguilla, que pasarán a jugar una fase intermedia contra los tres primeros clasificados del Grupo 1A. Así pasará con todos los grupos: habrá una segunda ronda de liguillas con treinta equipos, divididos en cinco subgrupos, que lucharán por clasificarse para el play-off de ascenso a Segunda.

 

Fase final por el ascenso

Los tres mejores de esos cinco nuevos subgrupos pasan a una tercera fase adicional por el ascenso. A los quince, se les sumará el mejor cuarto para sumar dieciséis. El ascenso, a falta de confirmarse, se jugaría a través de eliminatorias, en las que los campeones pierden la ‘doble vía’, aunque se está estudiando ofrecerles algún tipo de ventaja. Como siempre, ascienden cuatro a Segunda División.

 

Vía de ‘repesca’ 

La Segunda B Pro la jugarán los cuatro equipos descendidos de Segunda, más los doce eliminados en la fase final por el ascenso y los catorce que se quedaron fuera en la fase intermedia. En total, treinta, a los que les faltarían diez puestos en la nueva categoría. Estos saldrán de una segunda fase que disputarán los cuartos, quintos, sextos o séptimos de los primeros subgrupos, sumando cuarenta equipos en total. Por lo tanto, si el Promesas no fuera capaz de desbancar en la primera fase a tres equipos, todavía tendría opciones; sin embargo, menores.

Basta hacer cuentas: el 30% de los diez equipos se garantiza el nuevo estatus en primera fase. Del 70% restante, solo un 25% lo conseguiría, además, seguramente, en formato eliminatoria. Así pues, es capital acabar arriba completados los dieciocho primeros partidos.

Además, a todos los efectos, no entrar en la Segunda B Pro supone en la práctica descender, dado que la actual Segunda B pasará de ser el tercer escalón competitivo al cuarto, por tanto, muy alejado del primer equipo blanquivioleta.

 

Fase por la permanencia

En último caso, si el filial no fuera capaz de pasar de los tres últimos clasificados en la primera fase, lucharía por no descender en una fase por la permanencia en la que estarán también los undécimos de los dos subgrupos impares: el 2A y el 3A. De nuevo, el formato de esta fase está pendiente de conocerse, aunque se sabe que los equipos a jugarla serán 32 y que los últimos años los descendidos han sido dieciocho, los cuatro últimos de cada grupo y dos vía play-out. A la hora de la verdad, bajar va ser hacerlo por duplicado; las categorías a perder son dos, y no una, como ahora al pasar la Tercera actual a ser el quinto escalafón.

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