El Huesca quiere hacerse fuerte en su casa frente a un Real Valladolid que necesita urgentemente una victoria, recupera a varios integrantes de la plantilla y suma otros nuevos

Es necesaria una victoria como el comer. Así lo ha señalado el entrenador del Real Valladolid, Sergio González, consciente de que el casillero a cero de triunfos genera una intranquilidad incompatible con el desarrollo del juego que quiere imprimir sobre el campo. Con solo dos puntos de los quince posibles, el Real Valladolid viaja a Huesca para medirse a las 18: 30 horas del domingo a un rival siempre correoso y que ha conseguido aguar la fiesta a rivales como el Valencia o el Atlético de Madrid.
«No va a ser fácil». También esta ha sido una de las consideraciones que ha hecho el propio González en su última rueda de prensa. Tras el parón liguero, que nunca agrada al espectador, la sexta jornada de la Primera División llega en un momento delicado para los de Zorrilla, al verse todavía constreñidos por la frustración que supone el no haber logrado ni una sola victoria. Asentados en la última posición y dejando además registros de goles en contra nada halagüeños, siete para ser exactos, los blanquivioletas se sienten como un león enjaulado, que, de poco rugir, parece haberse convertido en un pequeño peluche vulnerable a las fauces del resto.
El Huesca, por otro lado, respira un poco más aliviado que su oponente, aunque sin tirar la casa por la ventana. En sus últimos compromisos ha firmado tres empates consecutivos, así como una derrota ante el recién ascendido Cádiz. La nota positiva, no obstante, la dejan sus encuentros puntuando en La Cerámica, ante el Villareal, en Mestalla, contra el Valencia, y en casa frente al Atlético de Madrid; todos ellos equipos con un renombre para nada desdeñable. La única victoria oscense data del mes de agosto y fue contra el Alavés, en un enfrentamiento que se saldó con un 1-2 a favor de los visitantes. Jugadores como Andrés Fernández, Javi Galán, Mosquera o Juan Carlos son algunas de sus piezas clave. Lo mismo que el veterano Mikel Rico o el japonés Okazaki, este último, baja confirmada para el próximo partido.
En el caso del Real Valladolid, el regreso de Joaquín y Alcaraz a los entrenamientos, junto al fichaje del delantero Jota, han logrado subir el ánimo a sus aficionados. El recién incorporado, que junto a Weissman parece ser de los futbolistas que más ilusión han generado por Pisuerga, se ha ejercitado al margen esta semana siguiendo el protocolo por coronavirus, pero está disponible para el encuentro. Los otros dos, a los que muchos echaban en falta vista la fragilidad defensiva del equipo, tienen a su vez el visto bueno del cuerpo técnico. Javi Sánchez, por el contrario, no podrá acudir a la cita al haber recaído de su lesión muscular en el pectíneo derecho. El chileno Orellana, también con molestias, finalmente ha entrado en la convocatoria, de la que solamente se han caído Sánchez y Olivas.
Siguiendo con las cábalas sobre el posible esquema técnico en El Alcoraz, Janko y Roque Mesa, otras dos nuevas piezas del Real Valladolid, han entrado en su primera lista, de ahí que las incógnitas sigan multiplicándose, aunque no se espera que salgan de inicio. Por si fuera poco, y ante las últimas exhibiciones de Roberto, el debate en la portería esta servido ahora que Jordi Masip vuelve a estar en condiciones. El guardameta catalán igualmente regresa a la lista a la espera de que su míster tome la decisión sobre quién se coloca bajo los palos.
Ante este panorama, la tarde dominguera se presenta interesante o agónica en caso de que los vallisoletanos no logren esa ansiada victoria y que tiene hambrienta a buena parte de la gradería. Sin alarmismos ni enloquecimientos, el Real Valladolid acude al choque con el convencimiento de que tiene que dar un golpe encima de la mesa. En frente, un Huesca que no acostumbra a amilanarse. Todo un espectáculo, como puede intuirse.