El conjunto de Sergio González sufrió para vencer al Athletic en un choque que se les complicó en los minutos finales a los blanquivioletas

Dos derrotas consecutivas. Con este aliciente pisó el césped del José Zorrilla un Real Valladolid con la necesidad imperiosa de vencer al Athletic Club. Y lo hizo con los hombres fuertes de Sergio, con aquellos en los que el entrenador más confianza ha depositado. El plan estaba claro, no dejar respirar a los leones y hacerse con el control del balón lo antes posible.
Así fue como ambos equipos disputaron los primeros minutos. Con ninguno de los dos corriendo riesgos y atento a cualquier movimiento del rival, traduciendo esto en un ritmo de juego lento, de pases y en busca de un hueco en la defensa contraria.
Un partido que parecía atascarse, pero fue el Valladolid quien golpeó primero, aunque no por mérito propio. Fue Unai Simón quien, tras un mal control del esférico provocado por la lluvia que se cernía sobre Pucela, cometió un penalti clamoroso sobre Marcos André. Una pena máxima que transformó Orellana engañado al portero del Athletic y poniendo el balón en la escuadra rival. Uno cero y a seguir trabajando.
A partir de ahí el Valladolid no se echó para atrás. Aumentó la presión arriba, dificultando la salida un Athletic sorprendido por la intensidad rival. Los de Sergio insistieron, y volvieron a crear peligro sobre la portería visitante. Fue Guardiola, quien solo en el segundo palo fue incapaz de orientar hacía la portería el balón que le había servido Hervías en bandeja.
En los siguientes minutos, el Athletic mejoró sus prestaciones y logró que el Valladolid retrasara líneas. Un hecho que permitió a los de Garitano asomarse por los dominios de Masip, aunque no con el peligro esperado. Los minutos pasaron sin más peligro y el choque se fue al descanso.
Y no pudo empezar de mejor forma el segundo tiempo para el Real Valladolid. Ni cinco minutos pasaron cuando, tras una serie de pases, el balón terminó en los pies de Orellana, que prolongó para Hervías que disparó. El balón pareció manso, fácil para Unai, pero las condiciones de un campo mojado por la lluvia hicieron que el portero no pudiera blocar el disparo, y el despeje fue directo a los pies de Marcos André que, solo, ponía el segundo en el marcador.
Con el segundo tanto, el Valladolid cerró líneas y cedió el balón a un Athletic sin ideas que no encontró la forma de atacar la telaraña blanquivioleta. Fue a raíz de balones colgados donde llegó la más clara de los vascos. Centro de Iñaki Williams directo a la cabeza de Villalibre que ya celebraba el gol, pero que Masip, con una mano providencial salvó al Pucela.
Una jugada que dio alas al Athletic, que tuvo de nuevo la posibilidad de recortar distancias, esta vez con Iñaki Williams en un uno para uno contra Masip. No obstante, el portero catalán aguantó los amagos del delantero y consiguió desbaratar la jugada. Los leones continuaron el asedio, pero el Valladolid logró sobrevivir y secar las ideas rivales.
Con cada vez más ojos puestos en el marcador, Sergio González tiró de freno de mano y cambió por completo el sistema de juego. Dio entrada a Carnero y a El Yamiq para reforzar la línea defensiva. Algo que poco sirvió, ya que al poco rato Luis Pérez derribó a Yuri en el área, era penalti. Y fue Iñaki Williams, con un disparo imparable quien redujo la ventaja a tan solo un gol. Tocaba sufrir.
Con el Valladolid metido al completo, a excepción de Guardiola, en su propia área, el Athletic tiró de lo mejor que sabe hacer, el juego aéreo. Y fue Villalibre quien pudo empatar el partido tras un córner que prologó Iñaki Williams y que hubiera ido directo al pie del delantero vasco, pero un providencial Rubén Alcaraz metió lo justo la bota para despejar la pelota.
Finalmente, la victoria fue para un Real Valladolid, que suma sus primeros tres puntos de esta edición de la Liga Santander y que da el primer paso para dejar atrás los fantasmas de estas últimas jornadas. Tendrá que ser ante el Granada, dentro de dos semanas, cuando el conjunto de Sergio González deberá demostrar el cambio de dinámica para lograr el objetivo de la permanencia.