Contracrónica del Marbella 2-3 Real Valladolid
Al Real Valladolid le costó pasar a la siguiente ronda de la Copa del Rey 120 minutos. Requirió de la prórroga para terminar de doblegar a un correoso Marbella, al que nada habría pasado si hubiera goleado. Sin embargo, dejó el pase sin cerrar cuando debía y el resultadismo afeó unas sensaciones que, de otra manera, habrían sido tan buenas como las percibidas por Sergio González. El técnico volvió a tirar de varios jugadores del Promesas, de entre los cuales rindió especialmente Kuki Zalazar, que probó de nuevo que en este mercado invernal, con que llegue un delantero, puede bastar.
Pase en diferido. A la conclusión del partido en el Antonio Lorenzo Cuevas, multitud de crónicas coincidieron en determinar que la clasificación había sido sufrida. Si lo fue, fue porque se requirió de la prórroga para conseguir un pase en diferido, puesto que debió hacerse antes, no solo por la distinta categoría del rival, sino también, y sobre todo, por lo expuesto en el césped. Dos disparos al palo y varias buenas paradas de Santomé, portero marbellí, hablan de un Real Valladolid superior, que, por contra, apenas recibió ocasiones y encajó gol en un penalti y en una segunda jugada a balón parado. El resultadismo apareció provocado por esos treinta minutos extra, que nunca debieron existir. Por eso, cuanto menos, la clasificación se sudó.
El grosor de una línea. Sergio González habla a menudo de la delgada línea que existe entre los futbolistas que juegan y los que no. El valor del grupo, en genérico, se vio en las últimas temporadas y puede –o incluso debe– llevar a la permanencia en la presente. Sin embargo, hay jugadores que no acaban de encontrar su mejor versión. Pasa con habituales como Orellana o Sergi Guardiola, pero también con otros con menor participación como Javi Sánchez o con altibajos como Rubén Alcaraz. Varios de ellos jugaron en Marbella sin llegar, de nuevo, a descollar. En este contexto, brilló Óscar Plano y Waldo se mostró intermitente pero decisivo. La delgadez o el grosor de la línea depende de que algunos jugadores incrementen su nivel.
Instintivo Zalazar. Contra el Cantolagua, Kuki Zalazar dispuso de 45 minutos, que fueron más frente al Marbella, donde fue titular. El atacante hispano-uruguayo marcó en los dos partidos, en los que ofreció una buena versión, cercana a la del resto de participantes. Ciertamente, la talla de los rivales dificulta la medición en un contexto de Primera, pero el capitán del Promesas sale reforzado de la dos eliminatorias coperas, demostrando su instinto y que quizás en este mercado invernal, en el que el Real Valladolid se plantea la llegada de un delantero y quizás de un segundo (no en vano, Miguel Ángel Gómez reconoció en la SER la posibilidad de que vuelva Sekou), puede ser suficiente con uno. En caso de duda, ahí estarán él y Sergio Benito.