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La Pizarra de Blanquivioletas | Real Sociedad

Una mirada a la Real Sociedad de Imanol Alguacil, rival de la próxima jornada para el Real Valladolid en Anoeta

por Miguel Ruiz
27 de marzo de 2025
Real Sociedad

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No está siendo un gran año para la Real Sociedad. Y esto resulta extraño, sobre todo cuando este espacio sirve para hablar de un rival del Real Valladolid, en un particular momento de crisis que desafía toda lógica a nivel futbolístico. Y ese contexto del equipo blanquivioleta quizá podría reformar lo que hoy es la realidad a la que se enfrenta el Valladolid en San Sebastián, puesto que la marcha de los de Alguacil dista mucho de los objetivos previamente marcados y esperados por la parroquia donostiarra.

Precisamente ese trabajo de Imanol Alguacil es un punto clave de lo que es hoy la Real Sociedad. Un equipo que ha cambiado mucho en sus manos, desde que lo cogiera de las de Garitano en diciembre de 2018. Ese ecuador de la temporada 2018/19 fue clave a nivel directivo en cuanto a la parcela deportiva, donde un entrenador con profundo conocimiento de la entidad, de la cantera y de sus idiosincrasias se hacía cargo del club donostiarra. Un camino largo, donde precisamente ese trabajo desde la cantera han conseguido potenciar con claridad los objetivos al alcance de una Real Sociedad que ha logrado un título, la Copa del Rey de 2020, tras 38 años de sequía.

El proyecto, a pesar de todo, da algunas muestras de necesitar un giro. Si bien es cierto que no uno drástico, sí uno que pueda convertir en diferencial el crecimiento del equipo, hoy algo atascado en la irregularidad de apuestas no demasiado efectivas o más inconsistentes de lo esperado. La actual campaña 2024/25 está dejando algunas de esas dudas. Desde el 23 de febrero no gana el equipo de Alguacil, mostrando que la necesidad de victorias puede cruzarse con la crisis de un Real Valladolid que tiene reciente la victoria de la 2022/23 en Anoeta pero que no parece capaz de mirar a la cara a casi ningún equipo de LaLiga.

Veinte jugadores para encontrar una estabilidad esquiva

Alguacil ha tenido que tirar de más jugadores de lo esperado esta temporada para encontrar el equilibrio línea por línea. Con trece habituales entre los onces iniciales y con veinte muy recurrentes a lo largo de los partidos, el técnico vasco ha necesitado rotar más de lo que hubiera deseado para encontrar una vía apacible en los retos que ha ido teniendo en la actual campaña. Lo que varía poco es el 1-4-1-4-1 de Alguacil, variable a veces hacia un dibujo de 1-4-3-3, pero que suele tener ambos dibujos en mente durante los encuentros, dependiendo de la fase en la que se mueva el partido o la necesidad de tener mayor o menor presencia en la medular.

Quizá es en la portería donde la confianza en Álex Remiro y su capacidad para ser solvente ha alejado las dudas de manera más clara, con la espalda bien cubierta con perfil como el de Unai Marrero. En la defensa, Alguacil ha solido tirar de Aguerd y Zubeldia, dos perfiles muy complementarios que han ido permutando con jugadores como Pacheco o Elustondo, menos presentes pero de garantías para el rol central. En los laterales, dos perfiles muy claros, con Aramburu por derecha y Javi López por izquierda, Dos perfiles importantes por la profundidad exigida y la necesidad de darle opción de salida a la medular si es preciso, con la variable de Aihén Muñoz por la izquierda y Hamari Traoré por derecha.

En la medular, protagonismo total para Zubimendi, un perfil clave para la distribución y la salida de balón, flanqueado por Sucic, Bráis Méndez o Turrientes, sospechosos habituales en un rol creativo en el que entran también otros, como Sergio Gómez, Pablo Marín u Olasagasti. En las bandas, poca duda: Kubo por derecha, aprovechando su fuera-dentro y Sergio Gómez o Barrenetxea, dependiendo de lo que busquen en cada momento (más asociación por parte del primero o más verticalidad por parte del segundo). En la punta, rotación lógica, sabiendo que Oyarzabal no tiene un gran rival como referencia, a pesar de la llegada de un Óskarsson que parece necesitar más rodaje y un Becker que se siente más cómodo en una banda.

Juego combinativo y aceleración para sorprender

El equipo de Alguacil se caracteriza, esta temporada también, por un juego fluido, que respira mucho a través de la combinación rápida de pases cortos, facilitando la progresión y la generación de triangulaciones. Sus perfiles creativos, todos de un corte parecido en cuanto a ese trato del balón en la medular (Zubimendi, Sucic, Pablo Marín…) así como la la cercana relación de los extremos con el juego por dentro (especialmente Kubo) facilitan una continua alimentación de la zona de tres cuartos, destino siempre propicio para conquistar el juego entre líneas y generar líneas de pase eficiente, precisamente para los futbolistas que puedan encajar mejor como destinatarios.

En ese aspecto, aunque Takefusa Kubo es clave a la hora de tener un peso específico en finalización, hay varios perfiles que tienen esa capacidad para recibir entre líneas con claridad para encarar. Becker, Barrenetxea, Oyarzábal o incluso el propio Bráis Méndez son perfiles muy válidos para intentar dar un plus de calidad para poder aparecer con peligro en el área. En ese sentido, el jugador más importante es, sin duda, el nipón, que con cinco goles lidera el casillero de máximos anotadores del conjunto donostiarra.

La duda de la finalización

Es precisamente ese dato una de las claves de una Real Sociedad que, más allá de los problemas defensivos y de la poca profundidad de plantilla para defender tres competiciones está encontrándose muchos problemas para llegar al número de goles necesarios para la competencia que se le presupone. El equipo de San Sebastián es el segundo menos goleador de la categoría, solo por delante de un Real Valladolid claramente afectado por la falta de gol. Empatado a 25 goles a favor con el Getafe, la capacidad finalizadora de esta Real Sociedad es preocupante.

Con apuestas arriesgadas como Óskarsson y con la esperanza puesta en viejos perfiles anotadores menos atinados esta temporada, como Oyarzabal, el equipo de Alguacil ve clara la necesidad de crecer mucho a nivel anotador para poder asumir la carga futbolística de los retos actuales de la Real. Para empezar, el salto cualitativo de los últimos años parece no haberse mantenido esta temporada, con alguna baja esencial (Merino) y con alguna apuesta que no acaba de llegar al nivel esperado (Óskarsson). Una falta de gol que les ha penalizado demasiado, especialmente lejos de las fronteras de LaLiga.

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