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El nuevo diamante de Los Anexos se llama Alani

El futbolista nigeriano se ha ido haciendo poco a poco a superar cada reto que le han exigido en Los Anexos

por Miguel Ruiz
27 de marzo de 2025
Alani

Foto: Blanquivioletas

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Puede parecer una visión, pero no lo es. Es lo que probablemente puedan pensar muchas de las personas que aparezcan por Los Anexos con la intención de ver a los chavales un rato en algún partido en casa. En ese pensamiento, se puede intuir la intención de encontrar alguna perla que luzca de más y que llame la atención. Y Alani es una de esas piezas que, casi de manera inmediata, no atraerá las miradas por no ser especialmente llamativo en sus conducciones, ni brillante en zona de finalización. Es un jugador al que necesitas ver un buen rato para enamorarte. Pero merece la pena.

Nacido en julio de 2006 en Nigeria, Ibrahim Alani es un diamante por pulir, pero que ya empieza a mostrar algo de brillo en la cantera del Real Valladolid. Excepcional a los mandos de Manu Olivas en el juvenil, la primera vez que ves su juego puede pasar desapercibido. Incluso, en esa etapa, era lógico esperar ver algo más de un futbolista con un poderío físico tan evidente. Mediocentro de gran capacidad para desenvolverse como pivote, su desempeño forma parte de ese espacio invisible de los intangibles del fútbol. Su capacidad, muy notoria en el apartado físico, se vuelve deslumbrante cuando participa con y sin balón, con una lectura muy precisa de lo que necesita el equipo y dónde lo necesita.

Esa facilidad es la que ha hecho que de brillar con el juvenil, en una etapa en la que parecía incluso que jugaba a veces con el ralentí, Alani haya conseguido adaptarse de manera casi inmediata a una categoría mucho más exigente en Segunda Federación y jugando con el Promesas. Ahora bajo el mando también de Olivas y Briones, entrenadores que conocen a la perfección sus virtudes y características, se ha convertido en el escudero en la medular de un Promesas que, con mucha capacidad de mejora, está madurando la idea que ya se veía en el División de Honor. A los mandos de esa versión más de destruir para construir que domina en la medular, Alani es un jugador que no te quieres perder en ningún caso.

Se puede confirmar, sin miedo a equivocarnos, que Alani es de esos jugadores por los que se puede llegar a entender mejor el trabajo invisible de tantos jugadores en esa zona del campo. Capaz de dominar en los duelos, encontrar un pase fácil y aprovechar la ventaja para recolocarse y esperar otra oportunidad para servir al objetivo del equipo, se puede asegurar casi con tranquilidad que su rol en el campo genera tranquilidad a los jugadores que viven alrededor suyo. Si el desarrollo sigue siendo el que se está viendo y el viaje entre categorías no es un reto físico que pueda pedir peaje en forma de lesiones, Alani está destinado a ser un futbolista digno de mirar, puede que pronto, en un primer equipo que necesite sangre nueva, duelos ganados y mucho de ese trabajo invisible que tan bien se le da al mediocentro nigeriano.

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