Tener un comodín en la plantilla siempre es algo valioso. Consigue en este caso Imanol Alguacil tener una pieza que pueda responder a los múltiples intereses y necesidades de su equipo. Y Sergio Gómez se comporta como tal. Jugador acostumbrado a poder formar en múltiples roles dentro del campo, desde muy joven ha aprendido a aportar sea cual sea la petición de su entrenador. Y haciendo esto ha triunfado. Su valor como delantero, centrocampista e incluso defensor le ha abierto la puerta a ser considerado un activo irremplazable para una Real Sociedad que, cada vez que hay un problema, sabe a quién recurrir.
Con calidad para participar como lateral, interior, mediocentro, mediapunta, extremo y hasta segundo delantero, Sergio Gómez ha convencido a propios y extraños que eso de tener una posición en el campo es algo supuestamente inventado. Su capacidad, quizá lo que más ha mostrado en su trayectoria, es mimetizarse con el entorno para llenar con solvencia un espacio libre. Con precisión y capacidad de trabajo, su técnica le dota de capacidad para solventar situaciones de estrés, su sabiduría le da perspectiva a la hora de leer el partido y al rival y su físico le permite responder a las múltiples exigencias de cada rol. Un comodín que, junto a Alguacil, ha sabido crecer más allá de lo que su camino le tenía reservado.
Pasando por equipos como FC Barcelona, Borussia Dortmund, Huesca, Anderlecht o Manchester City, la parada en la Real Sociedad de Alguacil está siendo quizá la parada más solvente para madurar como un líder dentro de un equipo que está teniendo que resolver más problemas de los esperados. Este año, Sergio Gómez habrá jugado ya en tres posiciones distintas en esta Real Sociedad en sus 2567 minutos jugados. Todos ellos, repartidos en 38 encuentros, en los que ha logrado convertir tres tantos y regalar otros seis. Un ejemplo de profesionalidad, capacidad y solvencia en el que Alguacil seguirá confiando ante el Real Valladolid este sábado en Anoeta.