El apellido Miranda reverbera todavía junto a la M-30, en el parque inaugurado hace poco allí donde estaba el Vicente Calderón. Recuerda el lugar lo que fue un hombre, de apellido João, convertido en leyenda del Atlético de Madrid. En tiempos en los que los epítetos se suelen exagerar, está bien empleado el puesto sobre el central: su trayectoria como colchonero puede ser superada en número de partidos por otros, pero no significa la cifra (178 partidos oficiales) que no fuera grande el brasileño aquel, a tenor de lo conseguido como rojiblanco.
Una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una UEFA Europa League y una Supercopa de Europa brillan en las vitrinas del Atlético gracias, en parte, a la pareja que Miranda y Godín hacían. Fue la dupla de centrales del cholismo primigenio, del de mayor éxito; el que sucedió a una zozobra, con títulos, pero zozobra,
al fin y al cabo, con Quique Sánchez Flores al mando. Lo que Goyo Manzano no pudo hacer, ser uno con la grada y campeonar, lo hizo Simeone con el padre del jugador del Real Valladolid Promesas como guardia pretoriana.
Porque sí: João tuvo, había tenido, un hijo con el mismo nombre. Uno que, en el nombre del padre, ha querido ser futbolista. Y lo está siendo, aunque el camino sea pedregoso. El ‘Junior’ llegó el pasado verano a Los Anexos, meses después de que papá se dejara ver por las instalaciones del Real Valladolid y previo traspaso del São Paulo. Y aunque recibe elogios siempre que en la ciudad deportiva se pregunta por él, lo cierto es que por el momento ha carecido de todo protagonismo: su participación se reduce a once minutos y un solo partido de Segunda RFEF.
Esta mañana, Miranda ha hecho una visita a las instalaciones y ha presenciado el entrenamiento del primer equipo para conocer la metodología de trabajo del club.
¡Qué placer ha sido tenerte por aquí, João! pic.twitter.com/60HlXW6GAx— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) March 14, 2024
Papá Miranda, central; Miranda Jr, lateral
João Miranda padre era un central de jerarquía, duro, rocoso, de esos que en un duelo aéreo podrían ser solución al Armageddon. En cambio, João Miranda hijo, si bien puede actuar también ahí, es un lateral zurdo sin rodaje todavía en España, donde está viviendo un proceso de adaptación complejo, con una competencia dura: la de Hugo San, Raúl Chasco e incluso Alin. Con contrato para la temporada que viene -firmó hasta 2026-, no se antoja muy distinto el panorama próximo: además de Hugo San, Platero, brasileño como él, también ha renovado.
Mientras João Vitor crece y aprende -así se llama el blanquivioleta-, no es extraño ver al padre acompañarle ocasionalmente en la ciudad; bien en Los Anexos, donde se le ha visto en más de una oportunidad, o por las calles, como un paseante más, caminando en familia. Hablando de esta, no es el futbolista del Promesas el único en querer seguir los pasos del que fuera defensa del Atlético de Madrid, puesto que tiene un hermano pequeño, Lucas, que ha pasado también por la cantera de São Paulo, en la que João llegó a jugar la pasda Copinha.
