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Javi León: “El fútbol no me da de comer, pero alimenta mi vida”

Uno de los capitanes del CD Mojados habla de sus tres años apartado de los terrenos de juego por una lesión y de su futuro ligado al deporte

por Jesús Domínguez
16 de abril de 2025
Javi León: "El fútbol no me da de comer, pero alimenta mi vida"

Foto: CD Mojados

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Javi León cumple con el mito ese que había antes en el fútbol de que el mejor momento te llega a los 28 años. La edad maldita para los cantantes siempre fue bendecida para los futbolistas, y al del CD Mojados le pasa, que se siente casi en su prime, que dirían los modernos. Solamente casi, porque al volver a Tercera División ha subido la exigencia un peldaño o varios, puesto que él es así, de los que se exigen. Piensa en fútbol desde que la semana comienza y busca honrarlo. Quién iba a decirle hace unos años que iba a ser capaz de hacerlo como lo hace…

“Con 21 años era un jugador retirado”

Una grave lesión de rodilla tuvo a Javi León apartado de los terrenos de juego durante tres años. La lucha lo fue no solo contra la incomprensión por no poder jugar, sino también para hacer la tan manida vida normal. Una operación en la Clínica CEMTRO de Madrid cambió las cosas. Empezando por recuperar la movilidad. “Entré al quirófano pensando en que lo único que quería era volver a caminar sin dolor. No lograba hacer la extensión, seguía cojo, tenía que pasar mucho tiempo sentado… Y para el fútbol, de repente, me convertí en un fantasma. Mentalmente fue algo muy duro, porque, con 21 años, me convertí en un jugador retirado”, narra Javi León.

Aquello le afectó a su vida personal; “estaba enfadado constantemente”, porque sentía que le habían “quitado algo” y que “nadie estaba pagando por ello”. “Fue tanto tiempo que uno puede pensar que se asume, pero yo tenía una guerra interna en la que buscaba culpables. Para mí era como que me hubieran quitado parte de mi vida; me sentía como si lo hubieran hecho. No me habían cortado una pierna, pero era como si lo hubieran hecho”, explica el jugador del Mojados, que perdió la competición, pero también todo aquello que la envuelve: los entrenamientos, la vida del vestuario, los planes con amigos y compañeros que rodean a esa dinámica…

Incluso, empezó a sentir rechazo por el fútbol: “En casa lo ponían, como habían hecho toda la vida, pero a mí me incomodaba que lo hicieran, aunque fuera lo de siempre. Me dolía, porque sentía que disfrutar de eso era algo que a mí me habían robado, que yo no había decidido dejar”. Por el camino, llegó a sentirse incluso “un poco desplazado”, a sentir que había quien pensaba “lo has dejado y ya está”, una percepción que él se negó a tener. No por no estar compitiendo al más alto nivel tenía que ser así. No porque así fuera tenía que entender que era “algo normal” el no poder disfrutar del fútbol como siempre lo había hecho. Por eso perseveró. Y ganó.

 

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“La vida me dio ese regalo”

Por la cabeza, en una situación así, pasa siempre el abandonar. En cualquier momento, por ejemplo, en uno de esos pinchazos en la rodilla, o durante algunas de esas consultas médicas en las que tenía que escuchar que no habían encontrado nada, Javi León podía haber dicho “hasta aquí”. “Pero las ganas de jugar siguieron, así que tenía que seguir intentándolo todo”. La operación en Madrid salió bien, primero, para recuperar calidad de vida. Luego, para trotar y no sentir molestias. Y un día, de repente, para volver a jugar. “A mí me gusta el hábito de entrenar, de estar en el vestuario… y un día volví al Parquesol [en cuya cantera había jugado]”, recuerda.

La temporada fue bien y, en verano, le pidió una oportunidad a Diego Macón, entonces director deportivo del CD Mojados y actualmente su entrenador. Este aceptó e hizo la pretemporada a las órdenes de Adrián Fraile, a quien convenció y pronto se convirtió en uno de los fijos, como lo sigue siendo después del ascenso a Tercera División. “El año pasado lo jugué prácticamente todo; sentía que flotaba. Este me está costando un poco más”, confiesa Javi León, que dice atesorar cada momento. “Yo sé que ya no me voy a ir a un Segunda RFEF a jugar. A lo mejor, por mi momento vital, este es el último año. O a lo mejor no. Lo que he conseguido es que, cuando me retire, vaya a ser por decisión propia. La vida me dio ese regalo de volver a sentir cosas que estaba acostumbrado a sentir cada tarde. Podría hacer otro deporte, ir al gimnasio… pero nada me llena como el vestuario”, alega.

 

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El futuro de Javi León vinculado al fútbol

Aquello del “momento vital” puede sonar a un adiós que Javi León no valora. “Me cuesta mucho pensar en colgar las botas. Hoy por hoy creo que, si tuviera que bajar el nivel, realmente lo haría con tal de seguir jugando. Pero cuando quiera poner el foco en otra cosa, lo haré. Lo que tengo claro es que mi futuro va a estar enfocado sí o sí al fútbol, y que me encantaría trabajar en una dirección deportiva algún día”, reconoce el jugador del Mojados, que cuenta con varios títulos que avalarían este y otros posibles roles. “Por mi forma de ser, hay muchas facetas en las que creo que puedo sumar: soy titulado en ADE, gestiono varias empresas, conozco el marketing a través de la organización de torneos como la Arroyo Cup… No tengo prisa, pero creo que voy a tener alternativas”, sonríe.

Entretanto, sigue disfrutando como uno de los capitanes y pieza importante en su equipo, que está completando un año más que digno en Tercera División. No oculta, de hecho, que ha intentado construir un ecosistema como profesional alrededor del mundo del fútbol: “En Wakaya Poke en Salamanca servimos a un montón de clubes, como al mismo Real Valladolid. Con la empresa de merchandising hacemos bufandas, banderas, ropa deportiva… Y soy el delegado en Valladolid de Acadef, una academia de entrenadores”, enumera. De este modo, puede que como jugador el fútbol no le dé “de comer”, pero, sin embargo, lo tiene muy claro: “Alimenta mi vida”.

Tanto es así que, cuando alrededor estos negocios u otros como La Consentida, bar que regenta en Arroyo de la Encomienda junto a varios amigos, se produce alguna novedad, esta la lee siempre en clave futbolística. “Si el fin de semana hemos ganado y es algo malo, me lo tomo mejor. Pero como estemos en una mala racha…”, ríe Javi León, que sabe, en todo caso, que el fútbol es una parte más de su vida y que debe “trabajar” para que no le afecte tanto. “Con 28 años parece que ya eres adulto y una persona equilibrada, pero yo lo vivo mucho”, dice. Bien lo sabe Diego Macón, su entrenador, al que alguna que otra vez ha llamado con inquietudes de esas que para el sabio vendrían a confirmar que el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes. No es así para Javi León; para él es mucho más. Pero, por suerte, ya no es un fantasma. Por suerte, después de aquellos duros tres años, puede disfrutarlo dentro del campo. Y que así lo siga haciendo.

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