A Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix en España y Portugal, no le convenció del todo el arranque de El juego del calamar o, al menos, no a la primera. En una entrevista reciente, confesó que el primer capítulo “le costó un poquito”, algo bastante llamativo si tenemos en cuenta que estamos hablando de una de las series más vistas de la historia de Netflix. Y es que, a veces, el mayor fenómeno global puede empezar con una duda, tal y como vamos a ver a continuación.
Lo curioso es que esa primera impresión no fue impedimento para que Ávalos detectara el potencial de la serie coreana ya que, según ha reconocido, fue a partir del segundo episodio cuando se enganchó realmente. Lo que terminó por conquistarle fue su estética tan reconocible y esa capacidad que tuvo la historia de conectar lo infantil con lo aterrador, por lo que en palabras del propio directivo, ahí fue donde vio claro que El juego del calamar podía convertirse en un fenómeno que podría llegar a traspasar las fronteras. Y no se equivocó.
Netflix y su apuesta por lo local para conquistar lo global
Lo que ha logrado El juego del calamar no ha sido fruto del azar, ya que tal y como explicó Ávalos, Netflix lleva años apostando por historias locales con el convencimiento de que, cuanto más local es un relato, más fácil resulta que toque una fibra universal. En este caso, el equipo coreano se volcó desde el principio en que la serie fuera un éxito en su país, y el resultado fue tan potente que terminó explotando en todo el mundo, de tal modo que lo que empezó como un contenido “para casa” se convirtió en un reflejo global del malestar social.
Pero esto no es algo nuevo, ya que Netflix ha ido fortaleciendo esta estrategia desde hace ya unos cuantos años, algo que se puede ver desde que esta plataforma de streaming llegase a España hace 10 años, en el 2015. Desde entonces, Netflix ha invertido no solo en traernos contenido de otros países, sino que ha apostado muy fuerte por el talento que tenemos en nuestro país, lo cual ha dado lugar a éxitos españoles que han llegado a todas las partes del globo como La casa de papel, Élite o La sociedad de la nieve.
La visión de Netflix sobre el éxito de sus series más icónicas
Ávalos no solo habló de El juego del calamar, sino que también hizo un paralelismo muy interesante con La casa de papel, otro de los grandes éxitos de Netflix. En ambos casos, se destacó la tendencia visual de las producciones, así como la fuerza de unos personajes muy bien construidos desde el primer capítulo, pero lo que tuvo quizás más que ver es que aparecieron en el catálogo de la plataforma en lo que se llama “el momento perfecto”, según Ávalos.
Lo cierto es que Netflix no tiene fórmulas mágicas, pero sí tiene una brújula en la cual confía plenamente, y es que les da libertad a los creadores de los proyectos para poder experimentar y, aunque el resultado no siempre es inmediato, como ocurrió con El juego del calamar cuyo guion estuvo años en un cajón, si aparece la oportunidad perfecta, Netflix sabe perfectamente qué hacer con ella.
Desde que llegara a nuestro país, Netflix ha tenido claro que España no es solo un lugar donde consumir contenido, sino también un lugar donde crearlo. Y ahí Ávalos ha jugado un papel fundamental. Su trabajo ha sido apostar por historias que nacen aquí pero que tienen vocación de viajar, como ya ocurrió con Élite o más recientemente con Romancero.
 
			