El hecho de fotografiar a urogallos está prohibido y penado con multas. Tanto es así que, según apunta una información de El Periódico, dos fotógrafos han sido denunciados en el Pallars Sobirà por fotografiar a urogallos comunes sin ser autorizados para ello. Esto conlleva una sanción de entre 3.000 y 200.000 euros.
Multas que son bastante significativas y que difícilmente pueden conseguir que el reportaje sea rentable. Está claro que los urogallos son aves de una belleza fuera de lo común y que puede existir la tentación de hacerse con fotografías suyas, pero más vale tener cuidado una vez que se sabe esto.
Los urogallos, cada vez más fotografiados
El hecho de que a través de las redes sociales cada vez se compartan más contenidos de animales y, en este caso, de urogallos, está haciendo que cada vez más personas acudan a los lugares en los que estas aves residen.
Lo hacen para sacar instantáneas de los urogallos comunes en muchos casos, lo que pone en peligro su supervivencia. Pero no solamente tomar instantáneas de los urogallos lo hace, sino que simplemente la presencia humana en sus territorios desestabiliza su equilibrio y su bienestar.
Por esta razón, el paso de personas está restringido porque los urogallos son una de las aves más amenazadas por su posible extinción en Cataluña. Es por eso que se ponen multas como las que tendrán que pagar estos dos fotógrafos.
Los factores de amenaza
Según concreta en su página web oficial Gencat (Medio Ambiente y Sostenibilidad de Cataluña), estos son los factores de amenaza de los urogallos:
- El cierre de las masas forestales y trabajos forestales “cuando se hacen sin criterios que sean compatibles con la conservación del hábitat del urogallo“.
- Los efectos producidos por el cambio climático.
- La generalización de las actividades lúdicas y deportivas en montaña, “especialmente las que se practican durante el invierno como esquí fuera pista, raquetas de nieve, trineos, motos de nieve, etc, cuando afectan a las zonas donde los gallos pasan el invierno”.
- El desequilibrio “provocado por la falta de grandes carnívoros que ha favorecido el aumento de las poblaciones de ungulados salvajes (ciervo, gamo, corzo, ..) y de los pequeños carnívoros (zorro, marta, garduña, ..) predadores del gallo”.
Población de urogallos en Cataluña y protección
La población de urogallos en Cataluña está concentrada en algunas zonas, que están siendo especialmente protegidas por las autoridades forestales, ya que se dan riesgos para los urogallos como los que acabamos de ver.
Esas zonas son “la regresión más importante se ha detectado en la comarca de la Cerdanya (-70%) y en las poblaciones de los macizos más periféricos del P. Jussà y el Alt Urgell (-50%).
En la comarca del Pallars Sobirà, que concentra casi el 50% de los efectivos, los censos de verano permiten obtener datos de densidad de adultos/100 ha. Desde los años 80 del siglo XX hasta ahora se observa un descenso progresivo de la densidad de adultos, pasando de unos 8 ad/100ha (1990) 4 ad/100ha en el 2015. La estimación poblacional en Cataluña en el año 2015 se sitúa en 942 individuos”.
Tal y como especifican el la web, para paliar este problema con los urogallos “desde hace unos 20 años, el Servicio de Fauna y Flora aplica diferentes medidas para garantizar la supervivencia de la especie y de su hábitat a medio y largo plazo. Fundamentalmente, se trata de compatibilizar los aprovechamientos forestales con la preservación o mejora de las áreas vitales del urogallo cantaderos, zonas de cría y de invernada), un seguimiento poblacional, que a partir del año 2019 se está haciendo siguiendo la misma metodología que en la vertiente francesa para homogeneizar los datos, un control del furtivismo (a través del Cuerpo de Agentes Rurales del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación), actuaciones de mejora del hábitat y de regulación del uso público, estudios para determinar la mortalidad y la influencia de los depredadores hacia la especie, trabajos de captura y marcaje de ejemplares con emisores GPS, monitoreo de nidos y diferentes medidas de sensibilización, algunas de ellas con la implicación de estaciones de esquí”.
 
			