Una vez oficializada la llegada de Iván Alejo al Real Valladolid, es imprescindible conocer de primera mano las aptitudes y las características del futbolista. Un jugador que ya ha pasado por el Real Valladolid en sus categorías inferiores y que salió en 2011 rumbo para jugar en la cantera del Atlético de Madrid. Desde entonces, Villarreal ‘B’, Alcorcón, Eibar, Getafe, Málaga, Cádiz y APOEL, en un recorrido que supone haber pasado por un crisol de realidades competitivas.
Nacido un 10 de febrero de 1995, Alejo llega al Pucela tras saludar a la treintena. Se trata de un futbolista de 1.86 metros de altura y de un valor de 1.2 millones de euros (según Transfermarkt), que llega libre al Real Valladolid tras rescindir contrato en esa última etapa en Chipre, en la que jugó 209 minutos divididos en 6 partidos, cuatro de la Liga de Chipre y dos de Conference League. A lo largo de su carrera, ha anotado 132 goles y repartido 113 asistencias, en los 245 partidos que tiene en su haber desde 2016.
Rasgos fundamentales de Iván Alejo
Conceptualmente, hablar de Iván Alejo es hacerlo de un atacante, extremo, con capacidad para jugar en ambas bandas pero con cierta afinidad por hacerlo a banda natural. Ha jugado, a lo largo de su carrera, también en posiciones más puntuales, actuando como enganche o segundo delantero o, incluso, como lateral por banda diestra. Esa versatilidad posicional da ciertas garantías para encontrarle un acomodo y le abre opciones para disputar minutos.
Como extremo, su posición más destacada, es un futbolista vertical, con garra en la carrera, con buena zancada y con velocidad. Esa tendencia a la carrera le da capacidad para desbordar ayudado por una fuerza física que le hace superar, cuando no por agilidad sí por potencia, a sus rivales. En banda natural, esa carrera es vital para buscar la línea de fondo, tratar de abrir el campo y generar oportunidades por dentro. Con dudas sobre su capacidad asociativa, de su juego en banda natural se puede esperar la opción de poner centros o buscar el apoyo de los interiores.
A banda cambiada las dudas son mayores, por no ser un futbolista excelso para asociarse por dentro ni con la agilidad o la habilidad con balón suficiente para crecer entre líneas para ser creativo, aportar último pase o buscar portería. De ahí se extrae la necesidad de no separarse demasiado de su naturaleza como jugador de banda con tendencia a estirar y crear opciones más que a liderar el juego ofensivo.
A nivel defensivo, la incógnita es saber si, tras un periodo de cierta inactividad, con pocos minutos desde su llegada a Chipre, posee la soltura y el físico para poder sostener el ida y vuelta necesario para apoyar en defensa la labor del lateral en su emparejamiento lógico, el extremo, o con su par natural, el lateral rival. Esa dimensión física será clave para entender si su aporte ofensivo, junto a ese desempeño en la repetición de esfuerzos suma enteros para poder ser considerado un futbolista de rotación o de mero recurso.
Encaje en el Valladolid de Almada
Dentro de los conceptos conocidos en el ideario de juego de Guillermo Almada, el encaje de Iván Alejo parece lógico en cualquiera de las posiciones laterales en ataque, pudiendo formar en un 1-4-2-3-1 o en un 1-4-3-3, siempre y cuando la exigencia a su rol sea marcada como extremo y no le pida un extra a nivel asociativo por dentro.
Esa realidad permite a Almada dos opciones, tener un recurso vertical y directo para situaciones o contextos de partido que permitan su protagonismo o partir con él como elemento de disonancia con respecto a la otra banda, que pueda ser más participativa por dentro con balón, creando una realidad ofensiva asimétrica muy típica en el fútbol sudamericano y que podría implementarse con un perfil que pueda vivir en esa diagonal hacia portería.
Siendo su mayor virtud la capacidad para emplear la velocidad y la carrera como recurso, parece encajar bien en banda diestra, dejando ese perfil zurdo a la duda de si habrá un perfil que se sienta cómodo en la diagonal y que pueda ser protagonista liderando la vocación ofensiva de un Almada que, desde el primer día, parece comprometerse con esa voluntad atacante que lo ha caracterizado antes de su llegada a Valladolid.
¿Por qué creo que lo han fichado?
Iván Alejo, futbolísticamente, es una oportunidad de mercado para llenar huecos imprescindibles en una plantilla de pocos efectivos propios del primer equipo y que necesitaba de manera urgente incorporar velocidad y verticalidad en banda. El jugador de Valladolid, en ese sentido, encaja en esa visión de aprovechamiento de la situación del mercado en este inicio de la ventana de fichajes para evitar posibles interrupciones, más aún conociendo la voluntad del propio futbolista.
La necesidad de hacer valer el factor emocional puede ser otro punto a tener en cuenta y que pueda haber pesado en la decisión de hacer volver a Iván Alejo. Vallisoletano, desde hace diez años ha insinuado que uno de sus sueños era volver a vestir la blanquivioleta, esta vez en el contexto del primer equipo. Hacer regresar a un futbolista con arraigo y tras una amplia trayectoria puede ser un punto de impulso a un proyecto que, desde el inicio, ha apostado por esa conexión con las raíces de la cantera y el fútbol de Valladolid.
 
			

