Cuando eras pequeño mascar chicle era una actividad que disfrutabas mucho en la infancia y que solamente parabas en el momento en el que justo te dolían las mandíbulas. Sin embargo, se tiene que tener en cuenta el riesgo de caries asociado a unos coloridos chicles que eran auténticas bombas de azúcar. En cambio, el paso de tiempo es irremediable y ahora todo es distinto. Hasta el punto de que tu odontólogo recomienda que vuelvas a deleitarte mascando chicle. Dentro de un orden y siempre dentro de unos límites coherentes .
Laura González, odontóloga en We Clínica Dental de Madrid, nos expone que el hecho de masticar chicle es recomendable en aquellas casos en los que no se sea posible el cepillado de dientes después de las comidas, así como en los que existe una necesidad de fortalecer la musculatura facial, tal y como sucede en algunos tratamientos ortodóncicos.
Si quiere conocer cómo puede proteger sus dientes con la ayuda de algo tan sencillo como mascar chicle, no dude en seguir leyendo.
Sigue protegiendo tus dientes y muelas
Los chicles del hoy en día no tienen nada que ver con los de hace varias décadas. En general, porque el azúcar que rebosaban y nutría a las bacterias que causan las caries ha sido reemplazados en muchos casos por un edulcorante natural, el xilitol, que promueve la salud oral. De hecho, el King’s College de Londres ha probado que mascar chicle después de una comida reduce en un 17% el riesgo de sufrir una caries.
Mascar chicle, una alternativa saludable al cepillado
A la hora de terminar una comida, es necesario cepillarte los dientes. Una regla básica de higiene que, todavía innegociable, no siempre puede cumplirse obligatoriamente. Y en estos casos, mascar chicle puede ser la solución para limpiar los restos de alimentos —y demás impurezas— que al final se terminan adhiriendo a tus dientes.
Como destaca Laura González, «masticar chicle promueve la producción de saliva que arrastra las partículas de alimentos y protege los dientes de la erosión al neutralizar la acidez en la boca».
Es más; esta saliva extra facilitada por los chicles también es una aliada frente a la halitosis. Como expone la experta el hecho de tener la boca seca es una de las principales causas de la exacerbación del mal aliento. Y a todo ello se añade a que, de la misma manera han observado los investigadores británicos, también neutraliza los ácidos del esófago, reduciendo así el riesgo de sufrir reflujo gastroesofágico.
Tu cerebro se beneficia
En cambio, los beneficios potenciales de mascar chicle no se limitan a la salud bucodental. Si se tienen en cuenta varios estudios, puede ayudar a reducir el estrés y a mejorar el estado de ánimo. Incluso parece, según presenta un pequeño estudio realizado por la Universidad de Sídney, que mejora la concentración y el rendimiento cognitivo. En conclusión, el hecho de mascar chicle activa algunas regiones del cerebro al incrementar su flujo de oxígeno.
Hay que recordar que no todo es bueno
En cambio, también hay que recordar que todo tiene su lado negativo. En una primera instancia, por los chicles con azúcar —que los hay— que atentan contra tu dentadura y siguiendo por aquellos que lo reemplazan con edulcorantes que, caso del sorbitol o del propio xilitol, como alerta la especialista en odontología, pueden originar trastornos digestivos, caso de hinchazón abdominal, gases y diarrea.
Lógicamente, prolongar este mascado más allá de lo recomendable también tiene consecuencias negativas para la mandíbula. Así que no hay que hacer caso de la nueva tendencia que está arrasando en internet para lucir una mandíbula perfecta. Que en un nuevo ejemplo de sabiduría, se recomienda no sólo masticar chicles (muy) duros con una gran fuerza e intensidad, sino mantener este mascado más allá de los 30 minutos.
Tener en cuenta los microplásticos
También hay que tener en cuenta que muchos chicles incluyen en su composición microplásticos que les confieren su habitual elasticidad. Entre otros, el polietileno y el acetato de polivinilo. Que como ha demostrado la Universidad de California Los Ángeles, acaban mezclándose con la saliva. Y poco importa que los estudios aún estén evaluando si son perjudiciales para la salud humana. No es cuestión de poder en riesgo nuestra salud.
 
			