El Real Valladolid tiene por delante dos pruebas de nivel en su gira por Chile. No solo por el simbolismo que tiene ser el elegido para los actos del centenario de Colo-Colo o por lo que suponen los amistosos internacionales en la construcción de un equipo, sino también por la entidad del rival. El club más laureado del fútbol chileno recibirá a los de Guillermo Almada en un momento complejo. A pesar de su importancia, el club cacique llega a esta doble cita con el Pucela, el 23 en Viña del Mar y el 26 en Santiago, sin haber logrado la estabilidad esperada en la liga de Chile.
En el torneo local, tras 16 jornadas disputadas, el conjunto dirigido por Jorge Almirón ocupa la séptima posición en la tabla, muy lejos del nivel que exige su historia. Apenas ha sumado 24 puntos, con un balance de siete victorias, tres empates y seis derrotas, y una racha reciente que refleja las dudas, con tres caídas consecutivas y una evidente fragilidad defensiva. La más reciente victoria ante La Serena ha decorado un escenario complejo, con dos nuevos goles de Pizarro y dos asistencias de Cepeda para hacerse con la victoria.

El histórico Colo-Colo deja dudas
A nivel de sensaciones, Colo-Colo está lejos de ser un bloque sólido. Si bien su afición sigue respondiendo, siendo el segundo equipo con mayor promedio de público como local, el conjunto cacique no ha encontrado aún una identidad clara ni en fase ofensiva ni en el apartado colectivo. Jorge Almirón ha probado variantes, ha mezclado experiencia y juventud, pero los resultados no acompañan. La eliminación en Copa Libertadores, tras una fase de grupos decepcionante, ha terminado de ahondar en el estado anímico del grupo.
Más allá de los números globales del equipo, algunos nombres propios han sobresalido por encima del resto. El argentino Javier Correa es el máximo goleador de Colo-Colo en la liga, con seis tantos, aportando presencia en el área y cierta constancia ofensiva. Valentín Pizarro y Claudio Aquino, ambos con cuatro goles, han sido los principales socios en esa capacidad finalizadora y, en el caso del último, en la faceta creativa, mientras que Lucas Cepeda, extremo, es un valor al alza aportando movilidad y desborde desde el costado izquierdo.
En el centro del campo, el trabajo de Leonardo Gil y la presencia de Arturo Vidal, ya muy veterano, pero aún con peso simbólico, completan la sala de máquinas de un equipo que quiere, pero se encuentra en escenarios en los que, con claridad, no pueden. En defensa, es la pareja formada por Alan Saldivia y Sebastián Vegas la que ha sido habitual, aunque no han conseguido sostener al equipo en tramos críticos.

Hasta ahora, Colo-Colo ha encajado 18 goles en 16 partidos de liga, una cifra que muestra problemas evidentes para contener a sus rivales. Tal y como se comenta desde hace semanas en la prensa deportiva chilena, sufre de más en las transiciones defensivas, que han sido un dolor de cabeza, así como los errores no forzados, constantes en un equipo que tiembla de más en un contexto competitivo en el que lo normal sería verlos dominar, más en un año tan especial para la parroquia cacique.
Mala suerte u oportunidad
Para el Real Valladolid, los dos encuentros llegan en un momento ideal. Tras la llegada de varios refuerzos y con la plantilla aún en fase de ensamblaje, medirse a un rival de nivel, aunque en crisis de juego, permite evaluar respuestas individuales y colectivas para ir implementando los automatismos que el míster juzgue imprescindibles para el inicio de la temporada. Es así como Almada podrá probar en vivo cómo responden sus jugadores ante un equipo que exigirá mucho en lo físico, que suele competir con intensidad y que, pese a sus dudas, tiene jugadores capaces de desequilibrar.
Será clave la presión tras pérdida, una de las señas de identidad del estilo que quiere implantar el técnico uruguayo, ante un rival que sufre cuando se le acelera el juego, el Real Valladolid tiene margen para imponer su verticalidad. Sin duda, será una buena oportunidad para ver en qué medida se adaptan los nuevos fichajes y qué rol asumen los jóvenes que forman parte de la expedición, así como mejorar la capacidad de los suyos para enfrentarse al ritmo de partidos competitivos.
