El segundo gol en Sausalito portaba más que el gran valor del primer marcador positivo en más de seis meses para el Pucela, sino que también llevaba la firma del talento de un Chuki que fue de lo poco positivo en esos últimos meses de temporada 2024/25. De enero a junio, el ’28’ del Pucela quiso dar un paso adelante y convenció a banquillo y grada de que su juego podía dar algo diferente y positivo a un Valladolid de por sí plano, poco eficiente y con dudas en zona creativa.
En realidad, cabe destacar que su presencia no era nueva, pero sí su posición y rol dentro del campo. El pecado de tratar de hacer pasar a un tigre por gato puede ser tan grave como convencer a un jugador de detalles de que debe hacer jugar al equipo en la base o correr la banda. Ni él era capaz ni se le debería haber pedido tal cosa.

El nivel de Chuki como futbolista transita más por ese flashazo inesperado en la frontal que por la continuidad del mediocampo. Por lo que, si algo tuvo de bueno la durísima campaña pasada en Primera División, fue que muchos entendieran un poco mejor lo que algunos seguíamos viendo en un futbolista como él. Un jugador que, en ese contexto, de pronto, se sintió comprendido.
El despertar final
El equipo no generaba juego y fue muy notorio el cambio de rol vivido en Valladolid en la etapa final de la temporada pasada. Álvaro Rubio se quedaba sin perfiles para explotar el escaso juego del equipo por dentro, especialmente en esa zona casi inexplorada por el equipo entre delantero y centro del campo. Ese latifundio solo fue comprendido y explotado por el talento de un chaval que empezó dando patadas al balón en La Victoria.
No fue la solución mágica para que el Valladolid de golpe jugara a algo que le permitiera no perder, pero sí dio un argumento ofensivo que no se había visto aún. Su presencia entre líneas marcaba el cambio de estilo con la visión de quien se siente cómodo buscando piernas amigas a lo lejos, tras la maraña defensiva del rival. Y no solo tenía el talento de encontrarlas a veces, sino que era capaz de sumergirse él mismo en el área y buscar opciones de gol. Sus cinco últimos partidos fueron una luz en medio de la oscuridad, logrando incluso dos tantos para el equipo en esas cinco citas, ante Betis y Mallorca.
Chuki, su rol y lo que te puede dar
Lo ideal para este futbolista es que el balón le rodee, no que le persiga. Puede parecer algo extraño, pero en realidad partimos de la premisa de que Chuki es un enganche disfrazado de centrocampista. Si bien es cierto que es capaz de encontrar un pase al hueco y cuidar la asociación, no es su mayor virtud dar continuidad al juego ni tomar decisiones constructivas. Es un jugador de último pase o de aceleración de jugada, con capacidad para multiplicar el peligro de las jugadas que llegan a sus pies. Por ello, la tendencia ha de ser, idealmente, acercarlo a la frontal, darle el juego entre líneas en esa fase de finalización, dejarle vivir tras los puntas.

Ofensivamente, su rapidez de piernas, su agilidad para encontrar el hueco para dar un pase inesperado y la visión quirúrgica son sus grandes virtudes para hacerse presente en esos pasos previos al gol. Además, tiene un gran disparo, no solo por potente, que también, sino por preciso, desde media distancia. Siendo un futbolista con esa habilidad para hacer daño desde lejos, combina esa característica con la de moverse con cierta sencillez por el área, encontrando un buen posicionamiento para servir pase al compañero o finalizar. Ese olfato y esa tendencia a hacer mejor la jugada es algo nada despreciable.
Canterano del Real Valladolid y de Valladolid, Iván San José ‘Chuki’ fue convirtiéndose poco a poco en el joven que hoy porta el ’28’ con la camiseta del primer equipo blanquivioleta. No es nuevo ni exclusivo de Chuki. Se ha convertido en algo complejo encontrar interiores o enganches con esa capacidad para intervenir poco en el juego y multiplicar el valor de la jugada y reconocerlos al instante. Aún así, él siempre dejó muestras de cómo y por dónde debía moverse para que el fútbol le acompañara y propiciara que sus virtudes como futbolista salieran a bailar.
 
			