El Real Valladolid se despide este lunes de Chile para emprender el viaje de vuelta a España, y lo hará con la maleta llena de vivencias intensas; algunas, en lo estrictamente deportivo, después de muchas horas de entrenamientos y de dos amistosos contra Colo-Colo en los que ofreció cosas interesantes, y otras, fuera del terreno de juego, como las experiencias acumuladas por una plantilla por completar, pero a la que Guillermo Almada ha ido dando forma y que ha vivenciado cosas antes no vividas, como las recepciones y los homenajes de los que ha sido partícipe.
El retorno comienza a las 16:50 horas, horario peninsular español, y culminará a las 5:30 horas del martes, cuando la expedición aterrizará en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, de tal manera que cruzarán el charco de noche, tal y como sucedió en el viaje de ida, a fin de aminorar los efectos del jet lag. Antes, y durante la jornada del domingo, el cuerpo técnico diseñó una última sesión de entrenamiento en Chile, en la Ciudad Deportiva de Colo-Colo, en la que trabajaron a diferente ritmo los titulares ante ‘El Cacique’ y los suplentes.
Así, mientras los que salieron de inicio realizaron trabajos de recuperación, todos los restantes celebraron un partido de entrenamiento reforzados por varios futbolistas de la cantera de Colo-Colo, que sirvió para que aquellos jugadores que tuvieron menos minutos en ese último amigable, así como aquellos que no participaron, equilibrasen las cargas respecto a los de mayor volumen y siguieran asimilando, en un simulacro de juego, los conceptos que está tratando de implementar en el Real Valladolid Guillermo Almada.

Último evento en Chile
Antes de emprender esta vuelta a España, el Real Valladolid no dejó pasar la oportunidad de visitar la tumba de David Arellano, quien le llevó al país andino, ubicada en Santiago de Chile. Tres vallisoletanos como son Koke, Garri y Torres acudieron al cementerio General de Santiago para presentar los respetos de la expedición pucelana al fundador de Colo-Colo, trágicamente fallecido en Valladolid en 1927, después de recibir un golpe fortuito en un partido amistoso jugado entre la Real Unión Deportiva y el cuadro colocolino a orillas del Pisuerga.
Los restos mortales de Arellano descansan en el Mausoleo de los Viejos Cracks de Colo-Colo desde mediados del siglo XX, después de que recibiera sepultura inicialmente en el cementerio de El Carmen de Valladolid, antes de ser trasladado en 1929 en barco desde Vigo a Chile; concretamente, a Valparaíso. Arellano descansa junto a varias leyendas de ‘El Cacique’, así como junto a su madre, primera socia del club, o junto a Ferenc Platko, hermano de Esteban, el primer técnico en la historia del Real Valladolid.
 
			