Peligro por carding. Toda precaución es poca a la hora de cuidar de nuestros datos personales y bancarios. En una sociedad vinculada tanto con la tecnología, este fenómeno nos genera muchas ventajas, aunque también por desgracia muchas desventajas. Entre ellas, las estafas. Acostumbrados a guardar prácticamente todos nuestros datos en el teléfono móvil, nos hemos habituado a realizar cualquier operación bancaria a través de nuestro dispositivo.
Por supuesto, esto nos facilita las cosas y, sobre todo, nos hace ahorrar mucho tiempo. Sin embargo, no todo es tan bonito. Lamentablemente, se ha puesto muy de moda un fraude digital que se ‘cuela’ en nuestra cuenta bancaria sin que nos demos cuenta.
El ‘carding’, un nuevo fraude digital del que debemos estar muy atentos
Recientemente se ha puesto muy de moda un nuevo fraude que actúa de manera silenciosa y que puede ser fatal para nuestros intereses. Este ‘carding’ proviene de la palabra card (tarjeta), precisamente haciendo mella en una operación que accede a todos los datos que guardamos en nuestra tarjeta. A través de compras de poco valor, así los estafadores se dedican a ir haciendo compras de poco valor para no llamar la atención del propietario, camuflando esos movimientos entre los habituales del afectado.
Otros sin embargo, optan por todo lo contrario. Realizar una compra grande, independientemente de que esto pueda ser captado por el usuario. En definitiva y para lo que es efectivo este modo de estafa es para hacer compras online, todo ello mientras tu pagas la factura.
¿Cómo acceden a tu cuenta bancaria a través del carding?
Existen varias maneras de poder acceder a tus datos. La más conocida es la denominada como ‘phishing’. Esta funciona por medio de correos electrónicos o SMS. Los presuntos estafadores se hacen pasar por el banco o por una tienda para que tú, confiado, procedas a escribir tus datos personales de la tarjeta. Este método suele utilizarse, sobre todo con personas mayores o que no suelen trabajar a menudo en el mundo de las redes sociales y la tecnología.
Otra manera es aprovecharse a través de las propias webs de los comercios. Se cuelan directamente a sus brechas para acceder a los datos bancarios de todos sus clientes. De modo que con un simple clic y aprovechando el desconocimiento y la poca seguridad de algunas webs de empresas, lo tienen demasiado fácil para acceder a los datos, no solo nuestros, sino de cualquier que haya hecho alguna compra con la tarjeta. Esto suele ser más frecuente cuando sufren ciberataques.
Por último, otra alternativa aunque mucho más compleja de llevar a cabo tiene que ver con los plagios de las tarjetas. Aprovechando el momento en el que un cliente pasa su tarjeta por el lector del cajero para realizar una operación, los estafadores colocan lectores físicos propios que copian los datos una vez pasada la tarjeta. En estos se buscan pasar aparentemente desapercibidos.
¿Qué hacer para evitar el ‘carding’?
Lo primero que debemos hacer es nunca enviar por Whatsapp ni ninguna red social nuestros datos bancarios. A partir de ahí, hay que empezar a extremar la vigilancia. Nada de acceder a enlaces sospechosos que suelen ser letales. Un truco para saber si la web es fiable es mirar la dirección web. Si empieza por http”s”:, la web es fiable. La indicadora de ello es esa letra S que significa seguridad.
También es importante saber desde donde estamos operando a la hora de hacer un movimiento importante. Nada de hacerlo mientras estamos conectados a una red de wifi pública. Eso puede hacer a cualquier individuo acceder a nuestros datos con suma facilidad. También deberías activar la verificación bancaria en dos pasos. Eso lo que hace es que además de pedirte tus datos, para cerrar un movimiento te mandarán un código al teléfono. Sin código no hay operación.
 
			