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El Plantío acentúa el “Misterio Tomeo”

El central Pablo Tomeo mejoró claramente el juego del Real Valladolid y dio orden desde la defensa tras no aparecer en pretemporada

por Miguel Ruiz
11 de agosto de 2025
Tomeo Valladolid

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Pablo Tomeo llegó al Real Valladolid este verano con el perfil de futbolista capaz de reforzar la zaga y aportar una dosis extra de orden en el centro del campo. Un futbolista que, en Miranda de Ebro, se había ganado el respeto por su seriedad defensiva y su polivalencia como central y pivote. Sin embargo, las primeras semanas de pretemporada se convirtieron en un pequeño misterio en el Pucela. Partido tras partido, el aragonés quedaba fuera de las alineaciones y de las rotaciones.

No hubo explicaciones públicas ni indicios claros de que arrastrara problemas físicos más allá de esa visión de Almada desvelada por Víctor Orta de pretender que, en los equipos iniciales, los once estuvieran “al 100%”. Algo que que alimentó las dudas en torno a su papel en los planes inmediatos de Guillermo Almada por la naturaleza de una ausencia extraña, sobre todo en las segundas partes, por no formar parte de los jugadores que entraban de refresco incluso de su realidad a nivel de preparación o posible disposición física. Algo que se prolongó hasta el amistoso contra el Burgos en El Plantío, donde, por fin, se le vio sobre el césped.

El Plantío aumenta las ganas de ver a Tomeo en defensa

En un encuentro áspero, con un Valladolid incómodo durante buena parte de la primera mitad y con un marcador adverso desde demasiado pronto, la entrada de Pablo Tomeo tras el descanso cambió la fotografía del encuentro y dio una visión mucho más positiva del papel del Pucela. Sin ser un impacto para los fuegos artificiales y los festejos, en un partido que acabó en empate ante un rival de misma categoría, su trabajo se notó en cada repliegue y en cada corte a tiempo.

Tomeo Valladolid
Foto: Real Valladolid

Su posición ordenó a los compañeros, ajustó la distancia entre líneas y dio más claridad a la salida de balón. De pronto, el equipo dejó de partirse, redujo los espacios a la espalda y consiguió contener la energía del Burgos. Tomeo se mostró concentrado, preciso en la entrega, con la pausa suficiente para enfriar el juego cuando lo pedía la situación y con la determinación necesaria para atacar el balón cuando el rival intentaba progresar por dentro.

Fue una actuación que no necesitó mucho más para entender las razones de su fichaje y, como es lógico, dejó la sensación clara de que hay un jugador preparado para dar equilibrio y que no teme la responsabilidad de asumir ese cargo en un Pucela con urgencias en defensa.

Un fichaje muy necesario

Su fichaje se cerró a mediados de julio tras una temporada más que completa en el Mirandés, donde alternó entre la defensa y el centro del campo con un rendimiento regular y fiable. Esa versatilidad, unida a su físico y a su capacidad para interpretar el juego, fue uno de los argumentos que convenció a la dirección deportiva del Real Valladolid, que entendía que necesitaba una pieza como la suya para darle consistencia a la defensa.

Tomeo Valladolid

A Tomeo se le veía como ese perfil útil para dar solidez a un equipo que pretende crecer desde la seguridad atrás y que valora tener piezas capaces de adaptarse a distintos sistemas, así como para combinar bien con un perfil correcto en línea de cuatro atrás o con un jugador que sepa atacar bien la posición o el espacio del delantero, como es el caso de Jaouab. Es por eso que su escasa participación en los primeros amistosos sorprendió a muchos.

Aún respondiendo a una decisión técnica que perseguía integrarlo poco a poco para que asimilara los automatismos del nuevo entrenador, su rendimiento en Burgos demostró que puede aportar desde ya a una defensa cuyos elementos actuales no daban seguridad alguna sobre el césped. Lo más interesante de ese reencuentro con minutos de juego fue comprobar cómo su manera de entender el fútbol y la posición encaja bien con las necesidades del Pucela de Almada.

No, Tomeo no es un futbolista que se prodigue en conducciones largas ni en adornos innecesarios, pero sí ofrece una gran seguridad en ese primer pase y una lectura defensiva que permite a los compañeros adelantarse unos metros con la tranquilidad de que tras ellos hay alguien entendiendo cada movimiento y, por supuesto, sabiéndose anticipar a cada situación.

Lo que está claro es que el Real Valladolid tiene en Pablo Tomeo a un jugador capaz de dar equilibrio, seguridad y sentido al juego desde la base y que debería ser un pilar fundamental para competir desde el día uno en LaLiga Hypermotion, por conocimiento de la categoría, peso futbolístico y las pocas opciones que puedan mejorar su desempeño. En un campeonato tan largo y exigente, las virtudes de Tomeo pueden acabar siendo imprescindibles.

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