El Estadio Castalia, hoy conocido oficialmente como SkyFi Castalia, es mucho más que un recinto deportivo. El recinto futbolístico del CD Castellón es el latido urbano de la ciudad desde su apertura en 1987. Construido en menos de un año inspirándose en el Mini Estadi del FC Barcelona, el estadio del equipo orellut nació del clamor popular por modernizar un viejo escenario que resultaba insuficiente tras el ascenso del club a Primera División.
En ese momento, se buscaba un campo que proyectara la ambición del club. A pesar de los problemas, pues el terreno estaba en pleno centro y contaba con un presupuesto ajustado, el recinto se convirtió rápidamente en un símbolo de progreso y orgullo que hoy toma una importancia aún más representativa por la dinámica de un club que busca expandirse y mostrar una imagen renovada, moderna y con una metodología rompedora con Voulgaris a los mandos.

Desde su apertura, Castalia ha vivido varias metamorfosis. El aforo se ha ajustado al pulso del momento, pues pasó de 15000 localidades en su estreno, a un techo histórico cercano a los 18000 gracias a gradas de pie, para volver a caer por exigencias de confort y seguridad a poco más de 12500. La reforma más notable llegaría en 2005, con el descenso del CD Castellón a Segunda División, que implicó rebajar el terreno de juego tres metros y recuperar los fondos laterales para renovar los vestuarios, zonas de prensa e iluminación. En 2007 se incorporó también un videomarcador moderno, señal del empeño por mantenerse al día en lo funcional y en lo simbólico.
Modernidad e impulso municipal
Más allá del césped, el estadio atraviesa ahora una etapa de impulso institucional. El Ayuntamiento ha cedido el uso del recinto al club por medio siglo, una decisión sin precedentes que evita cánones y asume reformas estructurales. A cambio, el Castellón asume mejoras exigidas por la liga: drenaje, césped, megafonía, accesos y baños. La inversión local supera el millón y medio de euros, y todo apunta a que, antes de Navidad, las nuevas gradas estarán listas. Es una colaboración raramente vista en el fútbol, con un estadio municipal que, tras años de desgaste, resurge con ambiciones compartidas entre club y ciudad.

Este impulso encaja en una estrategia urbana más amplia, bajo el sello “Castellón Capital del Deporte”. El entorno inmediato del estadio se ha rediseñado como “Manzana Albinegra”, nombre que refleja orgullo identitario y revitalización urbana. Se busca transformar Castalia en epicentro deportivo y social, no solo sede de partidos, sino fuerza de atracción en tecnologías, accesos y eventos fuera del calendario futbolístico. La mirada ya no está reducida a los tres puntos, sino también al impacto comunitario y económico.

El propio club ha respondido con músculo. Su presidente, Haralabos Voulgaris, ha impulsado reformas que incluyen ampliaciones de zona VIP, mejoras de acceso, y soporte a una futura instalación deportiva de nivel profesional. Esa sinergia club-ciudad ha reactivado el Castalia, que ya no solo acoge partidos, sino que aporta identidad al proyecto del Castellón como institución aspiracional, conectada con la ciudad y el futuro.
Castalia es hoy el alma del CD Castellón y el refugio de su gente. Un estadio con gran historia y renovado empuje. Ha pasado de obra urgente a símbolo de recuperación, de campo de fútbol a bandera urbana. Su campo sigue siendo ancho, acogedor, pero también compartido: lugar de batallas deportivas, de encuentros vecinos, de visión colectiva. Su proyecto no está cerrado: sigue creciendo al ritmo de un club que, con su ciudad, apuesta por volver a ser referencia dentro del fútbol profesional. Y Call-to-action: quienes lo pisan hoy, participan del futuro que se escribe en sus gradas y su entorno.
