El CD Parquesol adolece de la salsa del fútbol, lo que le ha puesto en problemas y le llevaría ahora mismo a perder la categoría en Liga Nacional

Víctor Álvarez
El CD Parquesol ha alcanzado el ecuador de la Liga Nacional en puestos de descenso, aunque en el tren de los quince, ya que hasta cuatro equipos suman a día de hoy esta cifra de puntos: Gimnástica Segoviana, Atlético Bembibre, CD Arces y ellos. Atrás queda la temporada pasada en la que terminaron la primera vuelta con trece puntos más, en una tan sorprendente como meritoria quinta plaza (al final fueron sextos).
Cada generación es distinta y cada comparación odiosa, cabe decir, aunque se podría echar un vistazo a las cifras de entonces. Las nueve victorias venían salpimentadas con un empate, y eran cinco las derrotas. A día de hoy, los naranjas suman cuatro triunfos, tres igualadas y ocho caídas.
Pero hay un dato curioso, y es que a estas alturas, hace un año, habían encajado veintitrés goles. Solo uno más que ahora. Entonces, ¿dónde está el problema? En que han pasado de marcar 35 a solo 14. Han perdido por el camino nada menos que veintiún goles. Y eso es, principalmente, lo que les lleva a estar donde están.
Con un plantel joven, completamente remozado, en el que solo siguen tres jugadores del pasado año, en el José Luis Saso se ha dado especial preponderancia a lo de casa, toda vez que fueron once los chicos que subieron del Juvenil B que logró el ascenso a Regional el pasado curso. Quizá aquí uno pueda ver un debe en la planificación, toda vez que el grueso del plantel provenía de provincial. Y puede ser pero no: la mayoría habían competido en regional en edad cadete, a las órdenes de su técnico, Álvaro Calvo.
Cierto es que a pesar de que se les podía llamar acostumbrados a competir a este nivel, no hay que ocultar que la juventud de muchos les hace verse las caras con jugadores ligeramente más mayores. Aunque el problema, hemos dicho, no es tanto de oficio como de ser capaz de meterla. Sin Rubi, que el año pasado marcó dieciocho goles, al Parquesol le cuesta ver puerta, como su míster reconoció hace semanas en Blanco y Violeta.
Así, se ha quedado sin marcar en seis ocasiones y solo ha marcado más de un gol cuatro veces. Es, asimismo, el equipo que menos marca en la categoría, después del Villa de Simancas, y solo Rober (su referente en ataque), con cuatro, y Manu, con tres, han repetido grito de alegría después de embocar. De hecho, de los catorce goles marcados, dos la Federación de Castilla y León de Fútbol los da en propia meta.
La asignatura pendiente y donde deben mejorar los chicos de Álvaro Calvo es en ese apartado ofensivo, pues en defensa no lo vienen haciendo mal, siguen siendo tan competitivos como en cursos precedentes y son, del tren de los quince, el segundo equipo que menos encaja, tras el Bembibre. Todo hay que decirlo: para buscar esa mejoría ya se han reforzado con Álvaro Romero y tienen a su disposición a Álvaro González, lesionado durante buena parte de esta primera vuelta y uno de sus mejores hombres.
Como el Arces, y sobre todo el Villa de Simancas, el Parquesol ha de luchar hasta la extenuación para mantener la categoría, pero, una vez acabada la primera vuelta, habrá detectado los problemas aquí comentados (y quizá, seguramente, otros que llaman menos de ojo). Por subsanarlos pasa el ser capaces de aguantar y hacerse acreedores de una tercera campaña consecutiva en Liga Nacional, que serviría, asimismo, para continuar afianzando al club como uno de los referentes dentro de la provincia.
