El presidente habló ante los medios debido a la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que le declara “responsable solidario por las deudas del Real Valladolid”

Carlos Suárez atendió a los medios de comunicación tras la presentación de Mikos debido al fallo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que le convierte en responsable solidario por las deudas del Real Valladolid por un importe de más de medio millón de euros. El máximo mandatario del club se mostró tranquilo y explicó con pelos y señales todo. “Hace tiempo que conocemos esta noticia. Es un tema que no nos afecta ni a mí ni al club porque está pagado desde el veinticinco de julio de 2014”, aclaró en primer lugar.
Y, acto seguido, contó con tranquilidad cómo sucedió de forma cronológica: “En la temporada 2009/10, después del descenso, había que abonar las fichas de los jugadores, sobre todo las denuncias para que no desapareciéramos, y no había otra forma de conseguir ingresos, además de planificar la nueva temporada con muchísimos menos ingresos”, relató.
Suárez afirmó que en el momento en el que sucedió todo había “una relación muy fluida con Agencia Tributaria”. Aproevechando eso, Suárez y su equipo replantearon el aplazamiento que tenían concedido y que “hasta ese momento se cumplía para poder no solo pagar las fichas y las nóminas de los trabajadores, sino la temporada siguiente”.
Eso supuso que varios términos del acuerdo con la Agencia Tributaria se vieran modificados, todo con tal de salvar al club, tal y como afirmó una y otra vez Carlos Suárez. “Se reeditó la venta de Haris Medunjanin y lo pusimos en conocimiento en su momento. Al final el problema no era del cincuenta por ciento de garantías, sino de los 32 millones de deuda acumulada. Se pagó y se solicitó el aplazamiento. Luego cuando empezó el concurso en la revisión las nuevas personas que estaban en la Agencia Tributaria vieron que no se había reducido la parte proporcional de la venta del jugador Medunjanin. Hicieron una derivación de responsabilidad por si el club no podía pagarla y luego la he tenido que pagar yo. El 25 de julio de 2014 se pagó y el expediente ya no continuó”, justificó.
Esta historia viene de tiempo atrás, puesto que esta sentencia es respuesta a un recurso interpuesto por el presidente. “Yo recurrí porque creo que no solo fue una decisión que yo, como empleado del Real Valladolid, tomé porque era una cuestión de vida o muerte, sino que con artículos en la mano pensábamos que era proceder correctamente, porque era garantizar la viabilidad del club y no hubiéramos podido pagar en ningún caso”, reconoció.
Suárez está al día de todo, pero aún no ha tenido tiempo de “leerla detenidamente” ya que ha llegado en pleno cierre del mercado de fichajes. El máximo mandatario blanquivioleta confirmó que sus abogados están trabajando en ello, a la vez que estudian la posibilidad de “poner un recurso extraordinario funciona” porque cree que obraron “correctamente”. “Si hay vías seguiré porque lo creo, pero en ese momento los funcionarios pensaron que no estaba bien. En ningún caso hubo mala fe, solo quería garantizar la viabilidad y que el club no desapareciera que era lo importante en aquel momento”, repitió.
Pagar a los empleados y no desaparecer era lo primordial

Y, ¿por qué afecta todo esto a la persona de Carlos Suárez? Él mismo dio la respuesta: “Yo era el que firmaba y se supone que el que lo firma es el que lo tenía que haber ingresado y que se utilizó de alguna manera para otro fin que para el que estaba puesto”. También reconoció que es algo que se veía venir “porque es lo que dice la ley y los funcionarios la cumplirán a rajatabla, aunque sea dos años y medio más tarde”.
Una vez aclaradas las actuaciones realizadas con el traspaso de Haris Medunjanin, Suárez también explicó lo que hicieron con el dinero procedente de la venta de Diego Costa, jugador del Pucela en esa misma temporada. “Los pagarés de la venta de Costa se entregaron directamente en la Liga. Fue con Haris con quien nos pagaron directamente cuando lo traspasamos y lo que hicimos fue pagar a todos los jugadores y empleados”, apuntó.
En caso de que no se hubiera utilizado el dinero de la venta de Medunjanin para pagar las fichas, denuncias y nóminas, hubiera sido el presidente quien “tendría que haber hecho frente a esas cantidades”. “Cuando el club recuperó la normalidad se hizo frente a esos compromisos que se tenían que haber pagado antes, pero no era posible”, se excusó.
Carlos Suárez se preocupó en todo momento en dejar claro que la única intención que le llevó a obrar así era la viabilidad del club: “Desde luego no podíamos bajar a Tercera División y se hubieran perdido todas las garantías y los contratos hubieran quedado libres. En un proceso contencioso-administrativo hay pruebas que no se pueden aportar y fríamente el fallo tiene cierta lógica”.
Una vez más, defendió su actuación y cree firmemente que “desde el punto de vista empresarial” no tiene “ninguna duda de que es correcta, pero luego las leyes dicen otra cosa y piensan” que se las saltó. “Yo ahí no me voy a excusar de nada. Si existe posibilidad de recurso lo voy a seguir intentando”, sentenció.
