Los buques insignia de ambos equipos faltaron la cita entre Real Valladolid y Ponferradina

En los aledaños del José Zorrilla, minutos antes del choque frente a la Sociedad Deportiva Ponferradina, no se hablaba del partido de División de Honor Juvenil entre la prole blanquivioleta y el Trival Valderas. Bueno, o si alguien lo hacía, eran los menos.
Se hablaba, entre otras cosas, del presumible 1-4-4-2 del Real Valladolid y, por parte berciana, de Yuri. Del brasileño que ya no está, quien ha sido santo y seña del equipo leonés durante años, que venía marcando goles –como siempre– esta temporada y al que las desavenencias con su entrenador, Manolo Díaz, le han llevado fuera de la estructura de la Deportiva Ponferradina.
Sin embargo, Yuri es tan devastador que en su caída ha arrastrado al ya citado extécnico berciano, quien también abandonó la disciplina del último rival del Real Valladolid en Liga. El ariete brasileño ha puesto rumbo a China, donde ha recalado en el Qingdao Huanghai, para darse un merecido descanso del fútbol de mayor nivel y, de paso, engordar la cartera de cara a los años de que le esperan tras su retirada.
Y es que, con 33 años, es tiempo de plantearse hasta cuándo puede jugar uno al fútbol. Bueno, siempre que no seas Álvaro Rubio. El otro gran ausente en la cita del sábado entre Real Valladolid y Ponferradina. Y a los dos, sus respectivos, les echaron de menos.
Empezando por nosotros, está claro que en el actual Real Valladolid, ‘No Rubio, no party’. La creación en el centro del campo fue nula, si bien Tiba y Leão no fueron lo peor. Quizás, el cambio de formación no fuera lo más positivo para ver algo de juego en la medular, pero, con Álvaro Rubio sobre el terreno de juego, el mismo hubiera sido diferente o, al menos, habría aparecido.
En lo tocante a ellos, no tanto el juego, sino el fin del mismo se ve muy perjudicado sin su buque insignia en los últimos años. A buen seguro que de haber estado Yuri en el campo, la Sociedad Deportiva Ponferradina hubiera acertado con alguna de sus contadas, pero a la vez muy claras, ocasiones. Damos gracias a Dios de que el brasileño ya estuviera por China.
Un Real Valladolid – Ponferradina que no contó con dos viejos rockeros que han venido marcando a sus conjuntos en los últimos años. “¿Quién es el bueno?”, podría ser la pregunta que produjera verbalizar sus nombres. En el partido que nos compete no estuvieron, y ello puede explicar que tampoco el fútbol se acercara demasiado por la Avenida del Mundial, 82.
