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Aníbal Zurdo, el obrero del gol

por Jesús A. Zalama
25 de febrero de 2016
Aníbal || Foto: Estadio Deportivo

Aníbal || Foto: Estadio Deportivo

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Aníbal, en el Sabadell
Aníbal, en el Sabadell

La primera vez que vi jugar a Aníbal fue ya en Segunda División en las filas del Guadalajara en la temporada 2011/12, y a mi mente acudió rauda la imagen de otro jugador de fútbol de añorado recuerdo aquí en Valladolid. Me pregunté: “¿Qué hace Iñaki Bea de delantero?”.

Obviamente, sabía que no era el de Amurrio, pero esas mechas a medio camino entre el claro color natural y una especie de look ochentero me recordaban al gran ídolo del Tirol.

Además, los movimientos de Aníbal, al igual que los de Iñaki Bea, eran toscos, como él –casi un metro y noventa centímetros encerrados en una zamarra del Guadalajara–, y el campo ayudaba a imaginarme al bueno de Bea campando por esos lares.

Entonces pensé lo bueno que sería un duelo entre los dos, solo a la altura de los librados por el vasco con Iván Alonso, un clásico este del fútbol de plata.

Sin embargo, a medida que el partido, las jornadas e incluso las temporadas fueron transcurriendo, me fui dando cuenta –los números así lo reflejan– de que Aníbal Zurdo no era para nada tan torpe como parecía y que, sin lugar a duda, era un delantero muy válido para Segunda División.

Aun así, le costó y mucho llegar a la división de plata. Lo hizo ya con veintinueve años y tras pasar por Benidorm, Lanzarote, Leganés y el ya citado Guadalajara, con el que ascendió en un trepidante play-off de ascenso. En la final del mismo, se enfrentaron Carlos Terrazas como entrenador del Guadalajara (sí, el hombre de la gabardina que está tan de moda con su 1-3-3-3-1) y Carlos Pouso como entrenador del Mirandés.

En tierras manchegas el resultado fue de 0-1 a favor de los burgaleses, pero en Anduva se produjo el desastre que aplazaría el ascenso del Mirandés, ya que este cayó por 1-2 frente al Guadalajara. Así pues, y tras 42 goles en cinco temporadas, Aníbal Zurdo disputaría la segunda mejor división del fútbol español.

Ya entonces era conocido por ser un delantero centro de referencia, de ayuda al equipo en todos los aspectos, de obrero del área, más que de gran goleador y sus dos primeras temporadas lo corroboraron: ocho goles y permanencia con el Guadalajara en 3.462 minutos y diez goles en 2308 minutos con el Sabadell, club por el que fichó tras su estancia en tierras manchegas.

Aníbal en México
Aníbal, en México

Con un año más en Segunda, el Sabadell de la temporada 2013/14 quiso aspirar a más, y Aníbal cuajó su mejor temporada como profesional para que ello así fuera: dieciocho goles en cuarenta partidos. Pese a ello, el Sabadell ‘solo’ logró una décima posición en la tabla final.

Al año siguiente, se consumó el desastre. Si ya de por sí la marcha de Lluís Carreras había otorgado cierta inestabilidad al equipo, el paso de cuatro entrenadores en la temporada 2014/15 dio con los huesos del Sabadell en Segunda División B. Aníbal había marchado a México, su país natal, para intentar campeonar con Cruz Azul, pero en invierno regresó a Sabadell para intentar salvar al equipo. Pese a que en veinte participaciones anotó seis goles, no logró evitar el desastre.

Para nuestro protagonista, ya con 33 años, había llegado el tiempo de regresar, de forma más prolongada, a su tierra natal. Sin embargo, la llamada del Nàstic de Tarragona y temas de índole familiar y personal le supusieron mucha tentación, y así, en este mercado invernal se desvinculó del Veracuz y puso rumbo a tierras catalanas donde ha disputado 229 minutos sin gol.

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