El jugador jiennense, que llegó a Zorrilla como un jugador clave y de Primera, es el decimoquinto jugador más utilizado, con 923 minutos
Foto: Real Calladolid
Manu del Moral arribó a finales de agosto a Zorrilla con la vitola de jugador con mucha calidad, desborde y gol, credenciales que en su día le hicieron internacional. Sin duda, el ’20’ del Real Valladolid, que firmó un año más otro en caso de ascenso, iniciaba la temporada con el objetivo de ser clave en el esquema de Garitano para así poder volver a la máxima categoría del fútbol español.
Su rendimiento ha sido muy irregular. Sus mejores actuaciones han sido jugando como enganche o, más bien, como un segundo delantero. Sus escasos minutos van acompañados de pocos goles, sobre todo, para ser quien es, un jugador que pese a no ser un goleador nato ni un asistente puro ha jugado en los mejores tiempos selección española y ha promediado cerca de cinco goles por temporada en Primera División. Sin embargo, durante toda su carrera ha tenido un punto negro, las lesiones y, este año, ha tenido problemas musculares.
Por desgracia para él –y puede que para el resto del equipo– llegó algo fuera de forma y, además, sufrió un calvario con las lesiones. Empezó la temporada con molestias propias de la inactividad durante unas semanas de vacaciones y cuando parecía que ya podía estar totalmente integrado en la dinámica del equipo, e incluso en el once, el dieciocho de noviembre se lesionó su bíceps femoral y estuvo de baja durante ocho semanas
Un mes antes de su lesión, el día cuatro de octubre, Del Moral pudo jugar su primer partido como titular con la zamarra blanquivioleta. Fue, precisamente contra la SD Huesca, como el propio jugador ha recordado este jueves en la rueda de prensa a la que acudió tras el entrenamiento, “es un partido especial”, y, además, “una final”, porque el equipo “necesita los tres puntos”, agregó.
Sin embargo y, seguramente, muy a pesar del jiennense, es de recibo recordar en esta fecha su discreta participación hasta el momento, justo ahora que se cumple una vuelta desde su titularidad. Llegó como un exjugador de la selección, con el cartel de gran jugador y por fin, como un posible sustituto para Óscar. Sin embargo, su tardía incorporación vino acompañada de problemas de aclimatación a la competición, sobre todo en el aspecto físico.
Una vez recuperado, Del Moral asomó la cabeza y empezó a participar cada vez más en el equipo, aún con Garitano. El vasco, que fue su entrenador un año atrás en el Eibar, le dio la alternativa como titular en la jornada siete ante el Huesca. El partido finalizó con empate a uno y como el propio jugador reconoció, “ese día el equipo tuvo efecto gaseosa”. “Empezamos fuerte, pero nos duró poco el gas”, comentó.
Durante los dos siguientes partidos el atacante también fue titular, y fueron los únicos dos envites que ha jugado enteros, y ambos encuentros se saldaron con derrota, lo que supuso la destitución de Gaizka Garitano. Con la llegada de Portugal, se mantuvo en el once hasta que tras el partido frente al Real Zaragoza se le diagnóstico una rotura de importancia en su bíceps femoral, ocho semanas de baja.
Su reaparición fue siete jornadas más tarde, en la veinte, y ante uno de sus exequipos, el Elche. En ese momento, el andaluz encadenó cuatro partidos más como titular, alternando el enganche con las bandas y con actuaciones muy dispares. Sin embargo, la llegada de Roger y de Rennella y el proceso vírico que le apartó de la convocatoria frente al Bilbao Athletic le han alejado del once titular desde la jornada 24.
Tres jornadas lejos de ser titular y con buenas actuaciones de los dos delanteros del equipo sitúan a Manu del Moral más como una opción en la banda que como un enganche y, ante la eventual baja de Mojica, parece que podría ocupar la banda izquierda en el próximo partido, una vuelta después, de nuevo ante el Huesca.