Terminado marzo, inaugura el Real Valladolid el mes de abril recibiendo en el Nuevo José Zorrilla al Rayo Vallecano en un encuentro con olor añejo y sabor a máxima categoría. Medirán sobre el verde de la Avenida Mundial 82 forma y ánimos en una semana difícil para los vallecanos, pese a su liderato.
Vendrán luego otros rivales directos por la lucha por los puestos cabecero. Luego. Lo primero, lo predicado a los cuatro vientos desde el vestuario blanquivioleta, es el próximo envite, ese en el que buscarán continuar con el buen momento de forma tan solo quebrado por la Unión Deportiva Las Palmas en los últimos ocho encuentros.
Cinco son los que lleva el Rayo sin caer. Cinco partidos que han servido a los de Sandoval para recuperar el liderato y callar a María Teresa Rivero, muy crítica con la plantilla después de la contundente derrota frente al Huesca.
Más crítica si cabe ha sido para los jugadores franjirrojos la semana que termina. Una vez apagado el fuego del posible parón por los juzgados, otro se encendió en el barrio de Vallecas con el posible plante de unos profesionales que llevan, en algunos casos, un año sin cobrar.
Por suerte para el fútbol, entre tanta reunión se tomó la decisión de no parar, por lo menos de jugar. Quizá no de forma premeditada, pero es un hecho que a lo largo de la semana los de Sandoval han hecho más rondos que entrenar.
Qué duda cabe, sin embargo, de que buscarán por todos los medios la victoria. A pesar de la afirmación de Míchel de que “así no vamos a poder ascender”, ante la posibilidad todavía remota de una venta del club parece que la salvación de la plantilla pasa por la inyección económica que supone el subir.
Competirán, como hasta ahora, buscando los tres puntos. Lo harán en esta ocasión sin David Aganzo, otrora delantero del Real Valladolid que se encuentra sancionado por cumplir ciclo de tarjetas amarillas. No estarán tampoco Tito y Míchel, lesionados.
Sí estará bajo palos David Cobeño, uno de los metas más completos de la categoría. En la zaga, mermada tras la salida de Borja Gómez en el mercado invernal, son fijos Casado, Arribas, Amaya y Coke.
Casado y Coke forman posiblemente la mejor pareja de laterales de la categoría. Mientras el primero destaca por su contundencia y golpeo de balón, el segundo es un jugador con una técnica exquisita y un físico portentoso, características que unidas a su versatilidad le convierten en carne de primera división a corto plazo.
Santo y seña del equipo, ha formado pareja de centrales hasta la recuperación de Antonio Amaya. Tras su paso frustrado por la Premier League, éste ha vuelto por sus fueros en Madrid, donde goza de la grata compañía de Arribas, una de las sorpresas de la temporada.
En el doble pivote repetirán el veterano Movilla y Javi Fuego. Más dinámico el primero que el segundo, puntal a balón parado, aportan ambos el equilibrio necesario para que la línea de tres cuartos apenas realicen trabajo defensivo, más allá de la presión que realizan en la salida de balón rival.
En esta línea son fijos Piti y Armenteros, quienes pueden verse acompañados por el costado diestro por Juli, toda vez que Óscar Trejo adelantará previsiblemente su posición ante la baja de Aganzo.
De decantarse Sandoval por Delibasic, jugador más de área, se mantendrá en tres cuartos una sociedad que ha dado al Rayo Vallecano nada menos que veintiséis goles, y que destaca por su movilidad, velocidad y verticalidad.
Con la única permuta obligada de Aganzo, el once vallecano será el formado por Cobeño; Casado, Arribas, Amaya, Coke; Javi Fuego, Movilla; Piti, Armenteros, Trejo; y Juli o Delibasic.
Dani, antaño meta del Zamora, será el portero suplente. De entre Brayan Angulo, Rafa García, Yuma, Susaeta, Borja García, y el canterano Lass saldrá el jugador descartado de los diecinueve que han viajado.
Especial cuidado han de tener los hombres de Abel Resino con el juego exterior de los rayistas, dado el marcado carácter ofensivo de Casado y Coke, y con la movilidad de los atacantes franjirrojos, guardando especial atención al momento de forma actual de Armenteros y Piti.
Si por la escasa dignidad de sus mandatarios llegarán los vallecanos con arena en los bolsillos, como arena deben tratar los blanquivioletas el césped de su estadio. Como si de un circo romano se tratase, deben luchar con pasión por hacerse con una victoria crucial para seguir aspirando a lo más alto.
Deben luchar, cuan gladiador, por olvidar ese sabor insípido de gran parte de la temporada, por un horizonte con sal en el que cada partido les aproxime un paso más al sueño del play-off. Sin mirar más allá del próximo rival, pero sin perder una pizca de la ambición mostrada frente al Salamanca.
A pesar de haber recuperado a Nauzet Alemán, no se espera que Abel Resino realice variación alguna en el once que venció en El Helmántico. De hecho, tan solo hay una permuta en esa lista vencedora, la entrada del extremo canario por Jorge Alonso.
Así pues, el más que probable once es el formado por Javi Jiménez; Peña, Jordi Figueras, Juanito, Antonio Barragán; Nafti, Javi Baraja; Álvaro Antón, Óscar González, Sisi; y Javi Guerra.
En el banquillo se sentarán Jacobo, Pedro López, Marc Valiente, Sergio Matabuena, Nauzet Alemán, Jofre y Bacari.
Mediará entre las dos partes el asturiano Piñeiro Crespo. Entre dos partes en cuyo horizonte se divisan arenas movedizas si las victorias no se convierten en la sal que aliñe sus trayectorias de aquí a final de temporada.