El central atendió a los medios de comunicación después de que la primera plantilla se ejercitara en este jueves festivo en la capital vallisoletana

Jueves Santo, pero día laborable para la plantilla del Real Valladolid. Los futbolistas se ejercitaron en esta mañana soleada a puerta cerrada, pero sobre el césped de Los Anexos para intentar proteger al máximo el verde de Zorrilla. En la sesión no estuvieron los dos porteros del equipo, puesto que Bruno Varela y Kepa continúan concentrados con sus respectivas selecciones nacionales. A ellos se les suman los lesionados Nikos y Álvaro Rubio, quienes continúan con su recuperación. Al margen del grupo trabajaron André Leão y Alejandro Alfaro, mientras que Manu del Moral pudo completar la sesión con una máscara protectora, tal y como informa el club.
Para suplir las numerosas ausencias, Miguel Ángel Portugal ha tenido que llamar a tres jugadores de las categorías inferiores: el cancerbero Diego Altube, perteneciente al Cadete A (los porteros del Promesas y División de Honor tenían compromisos con sus respectivos equipos); Royo, quien está tocado pero aun así va convocado con el Promesas; y Mayoral, quien se encuentra sancionado con dos partidos con el equipo de Borja Jiménez.
Después de la sesión, Marcelo Silva atendió a los medios de comunicación. Para el central este ha sido el primer entrenamiento que ha completado desde que se lesionara en el Tartiere hace casi quince días. “Las sensaciones fueron muy buenas después del partido contra el Oviedo, porque no había podido entrenar con normalidad. Me voy bastante contento por haber entrenado, sí con algunas molestias, pero conseguí acabarlo”, explicó.
El uruguayo está trabajando al máximo para regresar a los terrenos de juego cuanto antes y poder estar en Miranda. “Trataremos de aprovechar los días que nos quedan y espero que me respete la lesión para estar a disposición del entrenador”, dijo.
El central explicó las sensaciones del vestuario tras las dos victorias seguidas: “Hemos conseguido dos victorias muy importantes. El partido del Oviedo marcó el camino porque está arriba y tiene las mismas pretensiones que nosotros, también la del Llagostera porque anímicamente le vino muy bien al equipo. Este es el camino para llegar cada fin de semana al máximo”.
Ante el Llagostera no pudo estar porque en el Tartiere se lesionó. El propio Marcelo contó cómo sucedió todo: “No llegué a apoyar bien el brazo y caí con la cadera. Lo complicado era el golpe por la zona, porque si es otro día no hubiera estado tanto tiempo”.
Desde dentro, son conscientes de que no hay que tener más euforia de la debida porque el choque contra el Mirandés no será empresa fácil. “Va a ser un partido durísimo en un campo muy complicado. No va a ser diferente a todos porque todos son difíciles. Estamos mentalizados con lo que nos vamos a encontrar”, apuntó.
Con los resultados propios y los ajenos, el Real Valladolid se ve más cerquita de los puestos de ascenso, pero de momento no quieren oír hablar de las dos primeras plazas, aunque es algo “que todos queremos conseguir”. “Es muy difícil y no podemos pensar en otra cosa que no sea lo que tenemos más cerca, que es el partido del domingo. Vamos a conseguir los objetivos a corto plazo y según los resultados veremos para qué estamos”, señaló.
Más aún si se tiene en cuenta que el equipo ha navegado por esta Segunda División en un camino con muchas piedras por el camino, y no todas han sido sorteadas correctamente. “Durante la temporada hemos tenido altibajos, porque cuando parecía que íbamos a estar arriba venía un equipo aquí y nos ganaba. Eso era un golpe fuerte”, indicó Silva. Él y todos están mentalizados de lo que está por venir a base de dedicación. “Esperemos que ahora podamos conseguir la tercera victoria consecutiva para crecer más en todos los aspectos. Somos conscientes de que va a ser muy difícil, pero trabajaremos para conseguirlo”, sentenció.
