El Real Valladolid, en uno de los peores momentos de la temporada, tendrá que verse las caras con un Osasuna que, sin grandes números en casa, lleva sin perder desde el 28 de noviembre
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Se trata de una habladuría popular que viene de hace unos años. El Sadar, ese espacio inexpugnable del que la gran mayoría de los equipos que lo visitan acaban huyendo con el rabo entre las piernas, en parte por el ambiente infernal que consiguen crear sus aficionados. Un estadio en el que el Pucela quiere comenzar su recuperación -la millonésima ya- para optar a una mínima opción para llegar al play off. La cuestión es que los números dicen que hasta es factible… o no.
¿Por qué? Pues porque este Osasuna, sin ser un desastre, tampoco es la alegría de la huerta en casa. Tampoco está la cosa tan fea como el año pasado, cuando los rojillos consiguieron 32 puntos en veintiún partidos. De hecho esta vez van ya 29 en diecisiete choques, con lo que se debería superar la flojera de aquel entonces, pero es obvio que no está la cosa para tirar cohetes.
En todo caso vive el equipo pamplonica una pequeña contrariedad, pero que como todo en esta vida tiene explicación. Dentro de esos 29 puntos que le colocan hoy día como el noveno mejor local de la categoría -empatado con Tenerife y Llagostera-, la realidad dicta que los de Enrique Martín llevan sin hincar la rodilla ante su público desde el 28 de noviembre, maldito día en que el Alcorcón escapó del Sadar con los tres puntos merced de un marcador de 1-2.
Y pese a que desde entonces la grada rojilla no ha tenido que ver ninguna otra derrota, lo cierto es que Osasuna tampoco se sitúa entre los mejores en casa. La explicación es sencilla, y no es otra que el hecho de que en Pamplona se han convertido en los reyes del empate. Sí, tal cual lo leen. Desde aquel 18 de noviembre, nueve partidos ligueros de los cuales solo dos concluyeron con victoria local y nada más y nada menos que siete en tablas. De hecho, sendos 0-0 ante Tenerife y Elche son los resultados más próximos en el tiempo.
Más allá de los números y los resultados está el ambiente, claro, algo que no se podría medir con otra cosa que no fuera un sonómetro de decibelios. Y es ahí donde no falla la afición. La temporada no está siendo la mejor para Osasuna, a dos puntos del play off, pero si por algo se caracteriza la escuadra pamplonica es por una grada fiel y comprometida que meterá presión desde el primer minuto a los blanquivioletas.
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Goles amarrategui
Otra mala noticia para los aficionados tanto de color rojo como blanquivioleta es que este domingo no verán muchos goles en el Sadar, o eso se espera de la estadística. Si bien los últimos enfrentamientos entre Osasuna y Valladolid ya han deparado pocos goles de por sí -siete en los últimos cinco choques, tres en Segunda y dos en Primera-, resulta que en territorio rojillo no se dan demasiadas celebraciones, ni a favor ni en contra.
Véase como referencia los veinte goles a favor que ha marcado Osasuna en sus diecisiete choques ligueros como local, un balance bastante pobre para lo que podría esperarse en casa. De hecho, Osasuna es el quinto equipo que menos goles transforma en casa. ¿Dónde está el truco? Lógicamente en una defensa sólida que tan solo ha encajado nueve en estos diecisiete mencionados partidos.
¿Tiene esperanzas el Real Valladolid? Matemáticamente, sí. Pocas, cada vez menos con el paso de las jornadas, pero las tienes. Todo debe empezar por un inesperado triunfo este domingo que pueda hacer surgir un rayo de luz en este cielo nublado. El Sadar no lo va a poner fácil, pero como suele decirse, el que algo quiere algo le cuesta.
